LA NOCHE OSCURA DEL ALMA - EL CATALIZADOR ESPIRITUAL

 

La noche oscura del alma es, en términos muy prácticos, el momento en el que nuestro ego comienza a colapsar. Espiritualmente hablando, el ego es la persona que creemos ser, que en realidad no se corresponde con quien realmente somos. Nuestra verdadera naturaleza se ve reflejada principalmente en los primeros años de vida, en donde la mayoría de las personas somos esencialmente amorosos y libres de miedos y juicios. Conforme vamos creciendo y viviendo experiencias traumatizantes –las cuales no se limitan a un abuso o un solo evento muy impactante, lo cual explico en la publicación acerca de La Energía del Trauma– creamos una personalidad para hacerle frente a la vida. Esta personalidad es nuestro ego, pero con el paso del tiempo nos familiarizamos tanto con él, que llegamos a pensar que realmente existe y que realmente somos nosotros. La noche oscura del alma revela que esto es falso.


Así sea porque vivimos un evento muy intenso en nuestra vida –como la muerte de un familiar– o por la acumulación de una serie de eventos –como varios años de adicciones– la noche oscura del alma es un momento traumatizante que, a diferencia de los vividos previamente, no refuerza al ego sino que lo colapsa. A lo largo de nuestra vida, el ego encuentra la manera de reforzarse con cada experiencia traumatizante vivida. Si vimos a uno de nuestros padres serle infiel al otro y creamos nuestro ego en base a esta experiencia, la creencia nuclear de nuestro ego será el desconfiar en las personas puesto que van a engañarnos. Entonces, es muy probable que busquemos de manera subconsciente crear escenarios donde esta creencia sea validada. Al relacionarnos con personas potencialmente infieles, estamos reforzando esta creencia nuclear del ego: no confíes en la gente; la gente engaña.


La función del ego es protegernos de lo que en algún momento nos afectó profundamente, por lo que es importante no verlo como un enemigo. El problema comienza cuando empezamos a identificarnos con nuestro ego. Al hacer esto, vamos a buscar –incluso sin darnos cuenta– el revivir situaciones que refuercen o le den validez a nuestra idea de que somos nuestro ego. Si mi ego dice “la gente te va a engañar” y en mi experiencia veo que esto es cierto, voy a identificarme con él cada vez más. Siguiendo el ejemplo de una persona que creció en un entorno donde había infidelidad, su personalidad va a estar fuertemente determinada por la desconfianza y la inseguridad. Así, va a recrear escenarios que reafirmen estos sentimientos o estas sensaciones una y otra vez debido a que el ego existe bajo la premisa de que siempre tiene la razón.


En otras palabras, si me identifico con alguien que desconfía, crearé situaciones de desconfianza. Si me identifico con alguien que no es querido o no merece amor, crearé situaciones de rechazo. Si me identifico con alguien de carácter débil, crearé situaciones donde me manipulen. Para profundizar en las causas de aquella persona con la que nos identificamos con base en experiencias pasadas, te recomiendo leer la publicación de Las Heridas de la Infancia a Nivel Energético. Sin importar qué tanto nos hagan sufrir estos escenarios, los vamos a recrear compulsiva y subconscientemente ya que el ego siempre quiere tener la razón. Y al identificarnos con él, aseguramos que estos escenarios son la única opción en nuestra vida. Pero como suele decirse: no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo aguante, lo cual eventualmente lleva al colapso del ego.


Después de toda una vida aguantando el vivir escenarios que refuerzan una creencia nuclear que nos hace sufrir, llega la tan famosa noche oscura del alma. Este es el momento en el cual finalmente vemos de frente al ego y decidimos que ya no es sustentable seguir viviendo haciéndole caso y escuchando sus malos consejos. Naturalmente es un momento muy duro en la vida de una persona puesto que es reconocer que la forma en la que hemos estado viviendo gran parte de nuestra vida no es ni la mejor, ni la única alternativa, y además que nos está causando sufrimiento. Cuando nos damos cuenta de que nuestro ego no tiene la razón le quitamos todo el poder que tenía sobre nosotros. Pero esto, a su vez, tiene repercusiones físicas, psicológicas y emocionales ya que debido a la fuerte identificación que tenemos con el ego, puede sentirse como si nuestra vida se estuviera acabando.


Y de cierta forma, sí está terminando una parte de nuestra vida. Al basar casi todas nuestras decisiones en lo que el ego nos decía, generamos mucha familiaridad con una sola forma de vivir. Al reconocer que esta forma de vida ya no es buena para nosotros y considerar que tal vez hayan otras, los cimientos sobre los que construimos a la persona que creemos ser comienzan a colapsar. Por eso, se sabe que la noche oscura del alma suele venir con mucha tristeza, dolor, frustración, desesperación. Como dice el dicho: la noche es más oscura justo antes del amanecer, por lo que antes de entrar en el capítulo más dichoso de la vida humana –el cuestionamiento al propio ego que lleva a su eventual disolución– atravesaremos la oscuridad de hacerle frente a la fuerza que nos ha sometido al sufrimiento durante gran parte de nuestra vida.


Algunos puntos que quisiera aclarar acerca de la noche oscura del alma es que, contrario a lo que su nombre indica, no es algo que vaya a llevarse a cabo de un momento a otro. No es tocar fondo hoy, y mañana ya estar perfecto. Es más bien el catalizador o el detonante de un proceso que nos lleva de una vida de sufrimiento –creado principalmente por nosotros mismos sin darnos cuenta– a una vida de consciencia y responsabilidad sobre la propia vida. También, el concepto se ha popularizado como algo singular, como si fuera un solo punto de inflexión, y en mi experiencia esto no es así. Si bien sí hay un punto de quiebre incomparable y determinante, si seguimos en el camino hacia la disolución total del ego, vamos a encontrarnos con otros momentos similares. La tendencia a generar un ego ha estado con nosotros desde tiempo sin principio; ponerle un alto total representa varios momentos cruciales.


Todas las emociones que nos lleguen en el momento en el que finalmente cuestionemos nuestra forma de ser y de vivir, nos responsabilicemos de nuestra vida y decidamos hacer algo al respecto, son normales. También, es normal que haya cierto malestar físico. Después de todo, las creencias del ego son energía que se estanca en ciertas áreas del cuerpo. Por lo tanto, al liberarla estas áreas pueden doler. Lo que sí considero que es indispensable para identificar que estamos pasando por nuestra noche oscura del alma es que tengamos una convicción que antes no habíamos tenido. Ya sea hablar de un abuso vivido, dejar de consumir alcohol o drogas, terminar definitivamente una relación; el sufrimiento que suele acompañar este momento de nuestra vida viene con la firme certeza de que tenemos que cambiar algo de nuestra vida porque los patrones de sufrimiento ya son prácticamente insoportables.


El doctor David Hawkins, un ser espiritual muy elevado y que constantemente cito en mi contenido y recomiendo ampliamente, menciona 2 puntos muy relevantes para este tema en su extensa bibliografía. El primero es que, después de la noche oscura del alma, los días del ego están contados. Los días de sufrimiento están contados después de este momento porque nos alineamos definitivamente con el principio universal que dice que todos los seres merecemos ser felices y no sufrir. Esto hace que nuestras acciones correspondan con este principio y dejemos de auto-sabotearnos. El segundo punto lo explica en su escala de nivel de conciencia o de evolución espiritual, en la cual explica que para pasar de un nivel existencial de vibración baja o contraída a uno de vibración alta o expandida es por medio del coraje. El coraje o la valentía que se requiere para hacerle frente a nuestros miedos y decidirnos por hacer algo para cambiarlos es el catalizador que nos llevará a cambiar nuestra vida.


Todo lo que he compartido en este video no solo es la síntesis de varias fuentes de las que me he informado respecto al tema, sino también es por experiencia propia. La noche oscura del alma propia fue un día en el que, después de un par de años adicto al alcohol y a la marihuana, me encontré consumiendo con el único propósito de poder llorar. No sabía por qué quería llorar o me sentía tan mal, pero sí que había algo que debía cambiar. Ese día, mi mamá me confrontó respecto a un tema que intenté evadir toda mi vida: un abuso que había vivido durante la infancia. El momento en el que me preguntó si eso es lo que me había pasado y finalmente lo reconocí, mi vida cambió para siempre. El proceso que sucedió a continuación es muy similar a lo que he leído y escuchado que sucede en estos momentos.


Al día siguiente de haber hablado de algo que intenté ignorar por años, tuve una fuerte colitis que me tuvo en cama un par de días. Después, siguieron meses de terapia tanto psicológica como holística, en donde habían días donde me sentía eufórico, como si estuviera viviendo otra vida, y también los hubieron donde pensaba que había sido un error hablar de lo que viví. A pesar de los días malos, continué por un año y medio con un seguimiento psicoterapéutico que me permitió ver las cosas de otra manera, trabajar en sanar al niño herido que en su momento no fue escuchado, y esto dio pie a que encontrara mi propósito de vida. Es por eso que pienso que la noche oscura del alma es al mismo tiempo el peor y el mejor momento de la vida. Se termina un episodio que creíamos que era la única opción a nuestra historia –lo cual causa miedo y sufrimiento– pero se presenta la oportunidad desde cero, siendo una nueva persona.


Sé que no todas las personas cuentan con las condiciones necesarias para poder llevar un proceso “armonioso” (una familia que te apoye, recursos para pagar una terapia, etc.) pero si estás pasando por algo así quiero que sepas que todo el contenido que creo lo hago especialmente para ti. Todo lo que comparto son las herramientas que yo adquirí en este proceso y que me ayudaron a transformar el pasado en los cimientos de la vida que ahora tengo, en la cual soy infinitamente más feliz de lo que lo fui en el pasado. Tú puedes lograr lo mismo e incluso más y espero que en esta publicación hayas obtenido algo que contribuya a tu sanación y a tu evolución. Sé que no es fácil y necesitamos mucha energía para lograrlo, pero mientras más personas en el planeta nos enfrentamos a aquello que queremos evitar y trabajamos en sanarlo, se va haciendo un efecto dominó que propicia que cada vez más decidan llevar a cabo las acciones necesarias para mejorar su vida.

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