LA DEPRESIÓN DESDE LA PERSPECTIVA ENERGÉTICA

 

Muchas personas conocemos la depresión como una condición mental en la que quien la padece está muy triste todo el tiempo, sin energía y sin ánimos. Pero esta enfermedad, al igual que todas, tiene su origen a nivel energético y hay algunas manifestaciones energéticas que nos hablan de que existe depresión pero no se está detonando como creemos que se debería ver. Es decir, la persona está deprimida pero no está necesariamente triste o sin ganas de hacer algo. La propuesta energética acerca de esta enfermedad puede ayudarnos a reconocer si la padecemos y también nos ofrece algunos consejos alternativos para tratarla.


Energéticamente hablando, la depresión es un desbalance del cuarto chakra: el chakra del corazón. Puedes conocerlo todo acerca de este y todos los demás chakras en la lista de reproducción que tengo al respecto. En pocas palabras, este chakra –desde mi opinión– es el más importante de todos puesto que es el puente que conecta a los chakras inferiores –el primero, segundo y tercero– que nos dan la energía que nos conecta con el plano físico y de la materia, con los chakras superiores –el quinto, sexto y séptimo– que nos conectan con el plano mental y de la trascendencia.


Los chakras nos dan la energía espiritual que le da vida tanto al cuerpo como a nuestras áreas de vida. El chakra del corazón se encarga de darle vida a nuestras relaciones, tanto la que tenemos con nosotros mismos, con los demás, con el dinero, con la salud, con la sexualidad, con el mundo y con la vida en general. Se ve afectado por muchas cosas, pero la herida que lo perjudica de manera muy particular es la de la traición. También explico todas las heridas de infancia a nivel energético en un video aparte, pero lo que hemos de saber es que toda aflicción de este chakra viene de una sensación de traición. 


Siempre que haya un sentimiento de haber sido traicionados, habrá un desequilibrio energético en el chakra del corazón. Al ser el puente que conecta las energías materiales con las mentales, cuando se ve comprometido toda nuestra energía de vida empieza a predominar en alguno de estos dos extremos: nos volvemos muy físicos, materialistas e involucrados únicamente en cuestiones de esta vida, o nos volvemos muy mentales, introvertidos, y nos desconectamos por completo del mundo a nuestro alrededor. Cada uno de estos casos tiene síntomas muy específicos.


En mi experiencia, lo que acabo de mencionar es prácticamente un hecho. Todas las personas con las que he trabajado y acompañado en su proceso de sanación de la depresión, se han encontrado en uno de estos desbalances: mucha energía física y poca mental, o mucha mental y poca física. Siempre que pasa esto, vamos a buscar de forma subconsciente recuperar el balance involucrándonos en actividades de una forma muy radical o muy pasiva, ya que como internamente estamos viviendo a partir de un extremo energético, externamente así se manifiestan nuestras acciones.


Te voy a compartir el caso propio como ejemplo: al vivir lo que sentí como una profunda traición, me desconecté por completo del cuerpo físico y de los chakras inferiores. Entonces, toda mi energía estaba enfocada en la parte mental lo cual me volvió en una persona ansiosa, con muchos tics nerviosos y descontrol sobre el cuerpo, e incluso introvertida y antisocial. Al mismo tiempo, crecí como una persona muy torpe físicamente hablando, sin coordinar, con dificultad para desarrollar músculos. Esto también viene con un descontrol total sobre las emociones, lo cual me hacia muy reactivo y desequilibrado.


El otro lado de la moneda es el de un exceso de conexión con lo físico y desconexión de la parte mental. Estas personas suelen desarrollar adicciones, volverse muy emocionales e incluso exageradas en su forma de actuar, buscan estar todo el tiempo ocupadas, socializando, ya sea en fiestas, deportes de equipo, trabajando en exceso y demás actividades que consuman cualquier tiempo libre en el cual esta persona podría estar sola consigo misma y sus pensamientos.


Un punto importante a notar es que el espíritu humano tiene una capacidad de adaptación extraordinaria y por eso podríamos volvernos muy buenos en todas las actividades que hacemos como un mecanismo de defensa. Por ejemplo, en mi caso toda la energía estaba en la parte mental y eso dio pie a que me volviera en una persona muy creativa e imaginativa. La energía que no invertía en desarrollar mi parte física y material la invertía en el desarrollo intelectual. El caso del exceso de energía física puede manifestarse como atletas muy talentosos o personas muy sociales que fácilmente pueden hacer amigos e influir en los demás.


Lo más importante es aprender a identificar cuando lo que hacemos lo hacemos porque realmente queremos hacerlo o porque estamos intentando evitar algo más. Como ya mencioné, la depresión viene de un prevaleciente sentimiento de traición. Esta traición se puede sentir hacia nuestros papás, nuestros amigos, nuestra sociedad, hacia nosotros o hacia la vida misma. Entonces, al tener este sentimiento y no ser conscientes de él ni lograr identificar por qué nos sentimos así, vamos a comenzar a traicionarnos a nosotros mismos ya que así nuestro cuerpo energético intenta hacernos ver la situación interna que vivimos.


Literalmente no hay nada que dañe más a nuestro espíritu que la auto-traición. Dentro nuestro sabemos cuando algo no resuena con nosotros o no se siente bien. Cuando vivimos a partir de la auto-traición es importante que nos preguntemos por qué nos estamos identificando con esta persona que es traicionada. ¿Cuándo nos sentimos por primera vez así? ¿Si nos sentamos a analizar nuestra vida, dónde está esa situación que sentimos que nos traicionó, que no es como esperábamos o como se nos prometió? Te voy a dar otro ejemplo en caso de que aún no esté muy claro.


Actualmente, hay una crisis de depresión entre las personas jóvenes, quienes reportan experimentar niveles de esta condición de salud mental, al igual que estrés y ansiedad, en cantidades mucho mayores a las reportadas en el pasado. Lo que colectivamente sucede es que el mundo ha cambiado tanto que ya nada funciona como antes, pero se nos sigue educando como si así fuera. Por ejemplo: se nos educa en la escuela con la promesa de que seremos exitosos empresarios al graduarnos, solo para encontrarnos con que la oferta laboral no es nada como nos lo prometieron.


Entonces, este sentimiento de traición, al haber recibido promesas de tener cierta vida si se cumplían con las obligaciones de ir a la escuela, sacar buenas calificaciones, y cumplir con algunos estándares, todos conducentes a una carrera profesional, y ver que nada de esto está sucediendo tras cumplir con nuestra parte del acuerdo, lleva al sentimiento de depresión detonado por la traición. Al ser un fenómeno a escala masiva, puede que ni siquiera nos demos cuenta de que nos sentimos así y evitemos prestar atención a este sentimiento llenándonos de actividades.


Pienso que el primer paso a dar para reconocer si tenemos un desbalance energético del cuarto chakra que nos esté causando depresión y hacer algo para sentirnos mejor es preguntarnos por qué nos sentimos traicionando. Tal vez nuestra idea de lo que sería o debería ser la vida la sacamos de las películas o las series que veíamos, de lo que escuchábamos a los adultos a nuestro alrededor decir. Tal vez nuestra idea de cómo sería nuestra vida amorosa viene de fuentes poco realistas como una novela. No hay culpa ni vergüenza en esto; a todas las personas nos pasa. Todas las personas llegamos a idealizar ciertas áreas de la vida y nos sentimos traicionadas cuando no son así.


Sin embargo, en cuanto nos damos cuenta de que esto es lo que estamos experimentando, podemos proceder a analizar nuestras tendencias para lidiar con ello. Puede que nos desconectamos del mundo físico volviéndonos adictos a ver series, películas, leer, estar participando en cursos. Puede que nos desconectemos del mundo mental al volvernos adictos a las actividades extremas, a los estupefacientes, al trabajo. Sea cual sea la manifestación, cuando sentimos que nos estamos traicionando es importante hacer un análisis cuidadoso acerca de por qué nos sentimos así, cuándo empezó este sentimiento, y llevar a cabo el trabajo apropiado para solucionarlo.

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