La Ley de la Atracción es una de las leyes universales. Es totalmente cierto que atraes lo que piensas, pero ¿por qué? ¿Cómo es que atraemos a nuestra vida las cosas qué pensamos? ¿Cómo pasa? La explicación va mucho más allá del “somos lo que pensamos” o “creas lo que crees”; estas frases lo resumen muy bien, sin embargo, hay mucha teoría acerca de la Ley de la Atracción. Cuando profundizas en este tema y entiendes cada parte, se vuelve evidente el por qué esta ley es una realidad, y además aprendes a ocuparla. Todo el mes de Septiembre, hablaré respecto a este tema, y en una serie de 4 publicaciones explicaré a detalle qué es la Ley de la Atracción, cómo funciona, cómo evitar usarla en nuestra contra, y las razones por las que es completamente cierta. Los principales factores que determinan qué atraemos a nuestra vida son: nuestra frecuencia, nuestros pensamientos, nuestro nivel de conciencia y nuestra intención. Esta primera parte es acerca de la frecuencia.
“Si quieres entender al Universo piensa en energía, frecuencia y vibración.” –Nikola Tesla.
Empezaré esta publicación dejando claro que NADA está en reposo. Es una ley universal que absolutamente todo, en un nivel atómico, está en constante movimiento. Y este movimiento emite una frecuencia. En resumen, todo está constantemente emitiendo una frecuencia. Esto no es una creencia esotérica, es un hecho científico. Y no solo eso, sino que también, casi todo dentro de un átomo es “espacio vacío”; de hecho, el 99.99999% está vacío. Sin embargo, ese “espacio vacío” es, en realidad, energía. Si tomamos el hecho de que solo el 4% del universo es masa, y a nivel atómico de esa masa, el 99.99999% es energía, podemos concluir que prácticamente todo en el universo es energía. Digo esto para, más adelante, poder explicar la importancia de mantenernos en una frecuencia elevada. Ahora, podemos enfocarnos en la frecuencia más interesante: la que emitimos las personas.
El cuerpo humano tiene alrededor de 6.7x10^27 átomos. Un número que ni siquiera sé pronunciar. Sabiendo esto, es absurdo descartar la idea de que las personas emitimos una frecuencia. Y esa frecuencia es realmente importante, ya que determina prácticamente todo en nuestra vida: cómo nos sentimos, qué perciben las personas de nosotros, cómo nos desenvolvemos en el mundo y, lo más importante: qué atraemos a nosotros. ¿Alguna vez has escuchado que alguien o algún lugar tienen una “mala vibra”? Esto quiere decir que la frecuencia de esa persona o de ese lugar es baja. Todos, además de emitir una frecuencia, somos capaces de percibirla. Usualmente, cuando tenemos esta corazonada de que algo no está bien, debemos escucharla, ya que es nuestra “antena receptora” recibiendo frecuencias bajas. Esto es parte de la intuición, pero es un tema del que hablaré en otra ocasión.
Frecuencia baja vs. frecuencia alta
Ahora ya sabemos que todo en el universo emite una frecuencia, y que las personas somos capaces de percibir. Pues bien, las frecuencias bajas son “malas” por así decirlo, y las altas… “buenas”. Esto también está respaldado por la ciencia: sabemos que mientras más elevada es una frecuencia, hay mayor energía. Y todos nos sentimos muy bien cuando tenemos energía. Esto no quiere decir que si te tomas un RedBull vas a elevar tu frecuencia. La frecuencia se eleva de adentro hacia afuera, no de afuera hacia adentro. Una frecuencia elevada se siente como emoción, optimismo, ánimo o amor, mientras que una frecuencia baja es todo lo contrario: te sientes sin energía, apático/a e indispuesto/a. Hay muchas cosas que pueden bajar nuestra frecuencia (prácticamente todo lo negativo), las más comunes entre éstas son:
- La gente tóxica: las personas que podríamos denominar como “´tóxicas”, que siempre se están quejando, que no aportan cosas buenas, que literalmente son negativas.
- Los pensamientos/hábitos tóxicos: Nuestros pensamientos afectan todo en nuestra vida. la siguiente publicación será explicando esto a detalle, pero nuestra química corporal cambia según nuestros pensamientos.
- La comida difícil de digerir: la carne roja y los alimentos altamente procesados, entre otras cosas, bajan nuestra frecuencia, ya que el cuerpo debe consumir su energía natural para digerirla.
- Emociones negativas: las emociones son energía. La mayor prueba está en el estado de ánimo: cuando tu estado de ánimo es positivo te sientes con energía y viceversa. Así de sencillo.
- El alcohol y las drogas: no hay mucho qué decir al respecto. El alcohol y las drogas bajan la frecuencia. Fin.
Por otro lado, hay muchas cosas que elevan nuestra frecuencia, siendo las más impactantes:
- Inhalar aceites esenciales: el olfato es uno de los sentidos que desarrollamos primero, y al inhalar esencias que nos recuerden a la naturaleza –como lavanda o rosas– nuestra frecuencia aumenta.
- Hacer ejercicio: cuando hacemos ejercicio nos sentimos con energía, y al terminar, nos quedamos con esta vitalidad, lo cual es una frecuencia elevada. Es mi manera favorita de elevar mi frecuencia.
- Meditar: la meditación es increíble. En todo el sentido de la palabra; cuando meditamos, nuestro cerebro produce todos los químicos del bienestar. La meditación es una gran manera de incrementar la frecuencia.
- Tener pensamientos positivos: así como los pensamientos negativos bajan la frecuencia, los pensamientos positivos la elevan. Hay mucho qué decir acerca de los pensamientos y la frecuencia/la Ley de la Atracción, pero será en la próxima publicación.
- Llevar una dieta rica en frutas y verduras: las frutas y las verduras tienen energía, así que al consumirlas, en lugar de ocupar nuestra energía para digerirlas, pasa todo lo contrario: nos dan su energía, y eso eleva nuestra frecuencia.
Ya somos conscientes de que 1.- Emitimos una frecuencia y 2.- Podemos estar en una frecuencia alta o baja, y todo depende de nosotros. ¿Y ahora qué? ¿De qué manera la frecuencia determina qué atraes a tu vida? Vamos a hablar de algo muy interesante. ¿Recuerdas lo que aprendimos acerca del átomo y cómo a nivel atómico todo está en movimiento? La ciencia que estudia esto es la mecánica cuántica. Y uno de los descubrimientos más grandes que se ha hecho en este campo es que todo a nivel atómico puede ser tanto una onda (es decir, energía) como una partícula (es decir, “materia” (la materia también es energía)). Lo que determina si va a ser una onda o si va a ser un punto, es si hay un observador viendo o interactuando con el átomo. El experimento de Young explica este fenómeno a detalle; podré un link a un video describiendo este experimento en la descripción del video para quien esté interesado/a en saber más al respecto.
La física cuántica y sus implicaciones
Hay que entender muy bien esto ya que es fundamental para entender la Ley de la Atracción. TODO a nivel atómico existe en forma de onda o energía y en forma de partícula o masa, lo que hace que se materialice (o se manifieste) es que haya un observador; es decir, que una persona interactúe con dicha partícula. De ahí se deriva la teoría de la superposición cuántica, que explica cómo todas las partículas están en todos los lugares al mismo tiempo. La teoría de la superposición habla de cómo, antes de realizar una medición/observación, la energía que vamos a observar (la cual se hará una partícula en cuanto la observemos) está en todos los lugares. La partícula observada puede materializarse o manifestarse en cualquiera de la infinidad de lugares en los que está; pasa de ser energía omnipresente a un solo punto en el espacio-tiempo. Esto, traducido a la vida de las personas, explica cómo todos tenemos un número infinito de futuros, ya que lo que todavía no pasa o todavía no se manifiesta, es porque aún no se observa.
A esto se le conoce como lo No Manifestado; nosotros tenemos un sinfín de probabilidades de lo que se manifestará en nuestra vida, y lo hará aquello que observemos: a lo que prestemos nuestra atención. Cuando estamos en una frecuencia baja, pensando en el peor escenario, en todo lo que puede salir mal, o simplemente en cosas negativas, nosotros estamos predispuestos a que lo que sea que observemos y manifestemos sea de naturaleza negativa. Por otro lado, cuando tenemos una frecuencia elevada, estamos observando la materialización de las cosas en nuestra vida desde la mejor perspectiva. Hay una ley universal que junta los principios de la frecuencia y los de la Ley de la Atracción, es la Ley de la Resonancia. Esta ley explica cómo nosotros solo podemos resonar con aquellas frecuencias que están en la misma vibración que nosotros. Nosotros ATRAEMOS aquello con lo que resonamos.
Para terminar, quisiera mencionar rápidamente que en mi primer video hablé acerca de cómo el planeta está elevando su frecuencia. Como ahora ya sabemos, esto va a elevar la energía que hay en toda la Tierra, y nosotros, al ser los “átomos” del planeta, nos vemos afectados por esto. Por ello, en los próximos años se va a volver mucho más fácil manifestar nuestros pensamientos en la realidad, pero ¡debemos conocer cómo funciona el proceso de manifestación para no ocuparlo en nuestra contra! También mencioné que nada de lo que pasa es coincidencia, si tu llegaste a este blog es porque la energía de las cosas de las que hablo resonó con tu energía. Esa es la misma razón por la que suceden las cosas en nuestra vida.
Para quienes estén interesados en el tema, recomiendo mucho el libro: Entra en Frecuencia de Penny Peirce. Este libro habla de muchos de los temas que toqué, y además explica con más ejemplos la importancia de elevar la frecuencia. En esta ocasión, lo enfoqué a la Ley de la Atracción, sin embargo, hay miles de razones por las cuales es lo mejor trabajar en nuestra frecuencia.
Muchas gracias por esta explicacion, Realmente me siento bastante agradecido porque
ResponderEliminaral fin hay puntos que detallan que pasos seguir para cada opcion