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La TRAMPA del ÉXITO
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¿Qué imaginas
cuando te digo “esa persona es súper exitosa”? ¿A alguien con muchísimos seguidores
en sus redes sociales, donde muestra que se la vive viajando? ¿O al jefe de una
importante empresa, que genera millones de dólares al año? Es común que el éxito
esté relacionado con fama, poder y/o fortuna. O al menos en occidente.
Tenemos el otro
lado de la moneda, representado por los países orientales, en los que el éxito
está medido en términos de iluminación espiritual. Ambas expresiones de éxito
tienen su mérito y requieren la inversión de nuestro tiempo y energía. El
problema acerca de estos conceptos del éxito es que muchas veces están basados
en una creencia sociocultural.
En la publicación
pasada hablamos acerca de cómo todo es un constructo social. Pues bien, el éxito
no es la excepción a la regla. En realidad, es uno de los constructos más
grandes y poderosos, ya que la gran mayoría de las personas invertimos nuestra
vida haciendo aquello que nos va a llevar a la cima de la montaña del éxito que
tenemos en nuestra mente.
¿Para ti, qué es
el éxito? Las primeras opciones que se me vienen a la mente por el contexto
sociocultural en el que crecí, son: casarse y tener una familia, comprarse una
casa, tener un negocio, o tener una jefatura en una empresa de renombre. Y una
vez que pude dar un paso hacia la dirección de tener eso, me di cuenta de que eso
no significa nada para mi.
Obviamente la
relación entre dinero y éxito es algo muy fuerte en los países occidentales. A
grandes rasgos, el sistema educativo, al cual casi todos nos vemos expuestos
desde una muy corta edad y hasta que somos adultos jóvenes, orbita alrededor del
concepto de hacer algo con las herramientas educativas para generar un ingreso ya
que eso parece ser la razón de estudiar.
Y de hecho, desde
pequeños vemos la definición de una persona exitosa orientada a cuánto dinero podrá
generar: si alguien es muy bueno en matemáticas o física, o en algún deporte, ya
tiene mayor reconocimiento porque la probabilidad de tener el éxito que se nos incita
a querer (fama/fortuna) es mayor. Esto es así porque las carreras afines a la
ciencia y los famosos deportistas ganan más dinero (en teoría) que el resto de
las carreras que se pueden elegir.
Esto es con respecto
al dinero. Pero otra de las distorsiones que existen acerca de la idea de una
persona exitosa es el amor. Tener una relación duradera con alguien es otro sinónimo
de éxito. ¿Cuántas personas no sufren porque económicamente lo tienen todo, sin
embargo, se encuentran incapaces de generar un vínculo afectivo fuerte con otra
persona?
Y por otro lado,
podemos ver a la pareja que se ama y se respeta, pero que tienen continuos
problemas por cuestiones económicas. Como dice el dicho: cuando el dinero sale
por la puerta, el amor salta por la ventana. Obviamente no podemos generalizar
que TODOS los casos serán los mismos, pero sí podemos darnos cuenta del vacío
que muchas personas podemos llegar a sentir en la búsqueda de aquello que nos
hará sentir felices, exitosos y realizados.
Entonces, volvemos
a caer en el enemigo #1 del éxito: el deseo. El deseo es la principal fuente de
infelicidad, ya que nos impide disfrutar de lo que SÍ tenemos y hace que
enfoquemos toda nuestra atención en lo que NO. Y claro, está muy bien tener ambiciones
y objetivos, pero éstos solo nos harán genuinamente felices cuando nazcan de
nuestra propia definición de lo que es el éxito.
Tenemos que ser
muy objetivos y honestos: el sistema social tiene como principal cimiento el
interminable deseo de las personas. Siempre se romantiza algo nuevo que
garantiza que nos hará felices, con lo cual nos sentiremos exitosos. Ya sea
ropa, un teléfono, un coche, una casa, viajes, experiencias, un estilo de vida
o un tipo de cuerpo; en esta estructura siempre hay algo qué desear.
Y debo repetir: no
tiene nada de malo desear alguna de estas cosas. Lo malo es cuando las
deseamos sin cuestionarnos POR QUÉ las deseamos. Podemos llegar a creer que
tener todo eso es una GARANTÍA IRREFUTABLE de éxito, no obstante, seguimos
viendo a personas que llegaron a la cima de ESA montaña que nos vende el
sistema, y nos aseguran que eso NO es la felicidad.
Y es absurdo
negar el hecho de que la felicidad y el éxito son sinónimos. Pero te has
preguntado: ¿qué te hace feliz a ti? ¿por qué tienes los sueños y ambiciones
que tienes? ¿Es algo que nació en tu corazón y que te apasiona? ¿O persigues
aquello que enorgullecerá a tu familia, a tus amigos, a tu pareja? O tal vez
hayas visto que una persona tenía aquello que deseas y la viste tan realizada
que asumiste que ESO es el éxito/la felicidad.
Es increíble la
cantidad de gente que deja de lado sus pasiones por perseguir un sueño que se
les vendió como el verdadero éxito. Muchísimas personas prefieren dejar de
hacer aquello que realmente les gusta por buscar el modo de vida que se supone
que es el adecuado. Parece ser que si vivimos nuestra vida de una forma
diferente a la que se vende como la vida de una persona exitosa, vamos a ser
profundamente infelices.
Y esta es
precisamente la trampa del éxito: la idea de que hay UN estilo de vida que nos
hará felices a TODOS. Una de las acciones más importantes para lograr salir de
la matrix o de la programación social es reflexionar acerca de qué nos hace
sentir realizados a NOSOTROS. No a nuestros papás, no a nuestros amigos, no a
nadie más que a nosotros.
Y es que el éxito
no es más que sentirnos plenos y realizados con lo que hacemos. Ser felices y
sentir una necesidad de estar en el momento presente cada vez que hacemos
aquella cosa que para nosotros es el éxito. No existe una medida universal para
saber qué tan exitosa es una persona. Eso es algo que cada uno de nosotros
define.
Obviamente no
despertamos un día y sabemos qué nos hace sentir como personas realizadas y
decidimos dedicarnos a eso. El descubrirnos y aprender acerca de nosotros toma
tiempo, en el cual debemos cuestionar TODO acerca de quienes somos, de qué queremos,
de nuestra percepción del mundo, y de la manera en la que pensamos.
Como menciono en la
publicación pasada, el sistema requiere que nos enfoquemos en UNA sola cosa,
que nos especialicemos por más o menos DIEZ años, y así logremos tener el
ingreso para la vida ideal. Y es que la utilidad de este modelo es que desvía a
las personas de conocerse a sí mismas y de descubrir qué les gusta; o en caso
de que lo sepan, les hace creer que dedicándose a eso no tendrán el estilo de
vida de la persona exitosa.
Luego entonces,
se vuelve en una máquina creadora de personas con un vacío por falta de pasión
en su día a día. Y este vacío se nos promete ser llenado con todo lo que ya
mencioné anteriormente: casas, coches, viajes, ropa, etc. Todo está diseñado de
manera que las personas entreguemos nuestra definición de éxito al sistema y éste
se encargue de que dediquemos todo nuestro tiempo en conseguir un estilo de
vida que en teoría nos hará sentir exitosos.
No caigas en la
trampa. Puedes salirte de este laberinto y ser feliz. Puedes dedicarte a hacer
lo que te apasiona y tener un estilo de vida que te provea de todo para
satisfacer tus necesidades básicas.
Te invito a ver el video
que hice respecto a este tema en YouTube (https://youtu.be/EpR-IWZjRoI) y a
seguir la cuenta de Instagram @mente.empoderada (https://www.instagram.com/mente.empoderada/) en donde diariamente publicaré afirmaciones positivas y
ejercicios de visualización para ayudarte a cambiar tus creencias negativas.
Gracias por tomarte el tiempo de leer. Recuerda que eres libre de decidir qué
hacer con tu vida. Nos vemos la próxima semana.
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