La TRAMPA del ÉXITO (2/3)


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La TRAMPA del ÉXITO (2/3)

¿Qué imaginas cuando te digo “esa persona es súper exitosa”? ¿A alguien con muchísimos seguidores en sus redes sociales, donde muestra que se la vive viajando? ¿O al jefe de una importante empresa, que genera millones de dólares al año? Es común que el éxito esté relacionado con fama, poder y/o fortuna. O al menos en occidente.

Tenemos el otro lado de la moneda, representado por los países orientales, en los que el éxito está medido en términos de iluminación espiritual. Ambas expresiones de éxito tienen su mérito y requieren la inversión de nuestro tiempo y energía. El problema acerca de estos conceptos del éxito es que muchas veces están basados en una creencia sociocultural.

En la publicación pasada hablamos acerca de cómo todo es un constructo social. Pues bien, el éxito no es la excepción a la regla. En realidad, es uno de los constructos más grandes y poderosos, ya que la gran mayoría de las personas invertimos nuestra vida haciendo aquello que nos va a llevar a la cima de la montaña del éxito que tenemos en nuestra mente.

¿Para ti, qué es el éxito? Las primeras opciones que se me vienen a la mente por el contexto sociocultural en el que crecí, son: casarse y tener una familia, comprarse una casa, tener un negocio, o tener una jefatura en una empresa de renombre. Y una vez que pude dar un paso hacia la dirección de tener eso, me di cuenta de que eso no significa nada para mi.

Obviamente la relación entre dinero y éxito es algo muy fuerte en los países occidentales. A grandes rasgos, el sistema educativo, al cual casi todos nos vemos expuestos desde una muy corta edad y hasta que somos adultos jóvenes, orbita alrededor del concepto de hacer algo con las herramientas educativas para generar un ingreso ya que eso parece ser la razón de estudiar.

Y de hecho, desde pequeños vemos la definición de una persona exitosa orientada a cuánto dinero podrá generar: si alguien es muy bueno en matemáticas o física, o en algún deporte, ya tiene mayor reconocimiento porque la probabilidad de tener el éxito que se nos incita a querer (fama/fortuna) es mayor. Esto es así porque las carreras afines a la ciencia y los famosos deportistas ganan más dinero (en teoría) que el resto de las carreras que se pueden elegir.

Esto es con respecto al dinero. Pero otra de las distorsiones que existen acerca de la idea de una persona exitosa es el amor. Tener una relación duradera con alguien es otro sinónimo de éxito. ¿Cuántas personas no sufren porque económicamente lo tienen todo, sin embargo, se encuentran incapaces de generar un vínculo afectivo fuerte con otra persona?

Y por otro lado, podemos ver a la pareja que se ama y se respeta, pero que tienen continuos problemas por cuestiones económicas. Como dice el dicho: cuando el dinero sale por la puerta, el amor salta por la ventana. Obviamente no podemos generalizar que TODOS los casos serán los mismos, pero sí podemos darnos cuenta del vacío que muchas personas podemos llegar a sentir en la búsqueda de aquello que nos hará sentir felices, exitosos y realizados.

Entonces, volvemos a caer en el enemigo #1 del éxito: el deseo. El deseo es la principal fuente de infelicidad, ya que nos impide disfrutar de lo que SÍ tenemos y hace que enfoquemos toda nuestra atención en lo que NO. Y claro, está muy bien tener ambiciones y objetivos, pero éstos solo nos harán genuinamente felices cuando nazcan de nuestra propia definición de lo que es el éxito.

Tenemos que ser muy objetivos y honestos: el sistema social tiene como principal cimiento el interminable deseo de las personas. Siempre se romantiza algo nuevo que garantiza que nos hará felices, con lo cual nos sentiremos exitosos. Ya sea ropa, un teléfono, un coche, una casa, viajes, experiencias, un estilo de vida o un tipo de cuerpo; en esta estructura siempre hay algo qué desear.

Y debo repetir: no tiene nada de malo desear alguna de estas cosas. Lo malo es cuando las deseamos sin cuestionarnos POR QUÉ las deseamos. Podemos llegar a creer que tener todo eso es una GARANTÍA IRREFUTABLE de éxito, no obstante, seguimos viendo a personas que llegaron a la cima de ESA montaña que nos vende el sistema, y nos aseguran que eso NO es la felicidad.

Y es absurdo negar el hecho de que la felicidad y el éxito son sinónimos. Pero te has preguntado: ¿qué te hace feliz a ti? ¿por qué tienes los sueños y ambiciones que tienes? ¿Es algo que nació en tu corazón y que te apasiona? ¿O persigues aquello que enorgullecerá a tu familia, a tus amigos, a tu pareja? O tal vez hayas visto que una persona tenía aquello que deseas y la viste tan realizada que asumiste que ESO es el éxito/la felicidad.

Es increíble la cantidad de gente que deja de lado sus pasiones por perseguir un sueño que se les vendió como el verdadero éxito. Muchísimas personas prefieren dejar de hacer aquello que realmente les gusta por buscar el modo de vida que se supone que es el adecuado. Parece ser que si vivimos nuestra vida de una forma diferente a la que se vende como la vida de una persona exitosa, vamos a ser profundamente infelices.

Y esta es precisamente la trampa del éxito: la idea de que hay UN estilo de vida que nos hará felices a TODOS. Una de las acciones más importantes para lograr salir de la matrix o de la programación social es reflexionar acerca de qué nos hace sentir realizados a NOSOTROS. No a nuestros papás, no a nuestros amigos, no a nadie más que a nosotros.

Y es que el éxito no es más que sentirnos plenos y realizados con lo que hacemos. Ser felices y sentir una necesidad de estar en el momento presente cada vez que hacemos aquella cosa que para nosotros es el éxito. No existe una medida universal para saber qué tan exitosa es una persona. Eso es algo que cada uno de nosotros define.

Obviamente no despertamos un día y sabemos qué nos hace sentir como personas realizadas y decidimos dedicarnos a eso. El descubrirnos y aprender acerca de nosotros toma tiempo, en el cual debemos cuestionar TODO acerca de quienes somos, de qué queremos, de nuestra percepción del mundo, y de la manera en la que pensamos.

Como menciono en la publicación pasada, el sistema requiere que nos enfoquemos en UNA sola cosa, que nos especialicemos por más o menos DIEZ años, y así logremos tener el ingreso para la vida ideal. Y es que la utilidad de este modelo es que desvía a las personas de conocerse a sí mismas y de descubrir qué les gusta; o en caso de que lo sepan, les hace creer que dedicándose a eso no tendrán el estilo de vida de la persona exitosa.

Luego entonces, se vuelve en una máquina creadora de personas con un vacío por falta de pasión en su día a día. Y este vacío se nos promete ser llenado con todo lo que ya mencioné anteriormente: casas, coches, viajes, ropa, etc. Todo está diseñado de manera que las personas entreguemos nuestra definición de éxito al sistema y éste se encargue de que dediquemos todo nuestro tiempo en conseguir un estilo de vida que en teoría nos hará sentir exitosos.

No caigas en la trampa. Puedes salirte de este laberinto y ser feliz. Puedes dedicarte a hacer lo que te apasiona y tener un estilo de vida que te provea de todo para satisfacer tus necesidades básicas.

Te invito a ver el video que hice respecto a este tema en YouTube (https://youtu.be/EpR-IWZjRoI) y a seguir la cuenta de Instagram @mente.empoderada (https://www.instagram.com/mente.empoderada/) en donde diariamente publicaré afirmaciones positivas y ejercicios de visualización para ayudarte a cambiar tus creencias negativas. Gracias por tomarte el tiempo de leer. Recuerda que eres libre de decidir qué hacer con tu vida. Nos vemos la próxima semana.




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