¡Hola! Gracias por visitar MENTEMPODERADA. Aquí aprenderás a ocupar el poder de tus pensamientos al máximo.
Espiritualidad 101: RELIGIÓN y ESPIRITUALIDAD
Ahora más que nunca es que las personas necesitamos reconectarnos con nuestra parte energética o espiritual, pero es tiempo de hacerlo de una manera más constructiva. Es muy probable que, a lo largo de tu vida, te hayas encontrado expuestx a creencias muy negativas acerca de Dios, el destino, el universo, o como sea que llames a la inteligencia superior creadora de todo. Actualmente, hay millones de personas con una percepción de un Dios con características muy humanas: que se enoja, que se venga, que castiga, que es orgulloso, que juzga, que nos ve como culpables y pecaminosos, que tiene favoritismos, que es injusto y por eso hay pobreza, que no es compasivo o que no perdona, y la lista puede seguir. Tras escuchar acerca de un Dios así, muchos prefieren dejar de creer en él. Si alguno de estos conceptos resonó con tu idea de Dios, este video es para ti.
Comenzaremos haciendo caso al sabio consejo de Buda: evitar el término “Dios”. Este término tiene en estos momentos un significado muy dualista: tiene cosas muy buenas, pero también tiene cosas muy malas. Con la evolución de la raza humana, nuestro reconocimiento desde épocas prehistóricas de la existencia de un Poder Superior, creador de la existencia, ha ido cambiando. Para cada era de la humanidad, la percepción de La Divinidad ha cambiado, asignándole o quitándole arbitrariamente cualidades y defectos, que empataran con el nivel evolutivo de cada momento. Por ejemplo: los Mayas, a pesar de ser una sociedad extremadamente avanzada y sabia, eran humanos en una etapa muy temprana de su evolución. Esta falta de conciencia los hizo creer que La Divinidad, vista para ellos como distintos dioses, era muy cruel y requería de ellos constantes sacrificios para aplacar su furia iracunda.
Es evidente que dicho razonamiento es propio de una mente poco evolucionada. Varios años después y tras la conquista, la visión de La Divinidad adoptó los tintes de los conquistadores, pasando de una visión politeísta a una monoteísta, en donde se pensaba que solo existe un único ser al cual hay que adorar constantemente porque sino, también desatará su ira sobre nosotros. A pesar de haber evolucionado como sociedad, nuestros ancestros mantuvieron una visión negativa de este ser superior que exigía alabanza y tenía muchísimos juicios para prácticamente todo lo que hiciéramos, los cuales conllevan su respectivo castigo. Comenzaron a llevarse a cabo una imposición de creencias e ideales “en el nombre de Dios”, lo que llevó al asesinato de muchos millones de personas que no compartieran dichas creencias e ideales. Lo único que se logró con esto, fue manipular a las personas a que creyeran en un ser superior al cual hay que tenerle miedo.
Inducir miedo en la mente humana es de las prácticas más efectivas para manipularla. Cuando tenemos miedo, entonces dejamos de pensar racionalmente. Toda nuestra energía se enfoca en mantenernos alerta al peligro, por lo que en lugar de actuar, reaccionamos. Era obvio en aquellos momentos que implantar una ideología de un ser al cual tenerle miedo en la mente colectiva, iba a garantizar la manipulación total de las masas, ya que su nivel de evolutivo tampoco era tan elevado como para lograr discernir entre la verdad y la falsedad. Es aquí cuando nacen las entidades “representantes del ser superior”, las cuales se auto-asignan una superioridad moral a la cual las personas desean aspirar; es parte de la naturaleza humana el buscar mejorar constantemente. Este es el momento en el que se imponen mil represiones a la libertad humana para mantener cierto control.
Incluso el abuso de poder llegó al extremo en el que las personas eran obligadas a dar parte del fruto de su trabajo a éstos organismos representantes del ser superior. Toma dicho abuso de poder y confianza de la gente, la idea de que hay muchos “pecados” por los cuales debes vivir con culpa, la masacre de personas que ha habido a lo largo del tiempo para imponer determinada visión de La Divinidad, la interminable lista de juicios innecesarios a las personas por cuestiones absurdas como el género o la orientación sexual, y la visión de un Dios omnipotente muy molesto con la raza humana por sus faltas, y tienes la fórmula perfecta para alejar a las personas de la verdadera naturaleza de La Divinidad. Y la espiritualidad es precisamente el entendimiento de la verdadera naturaleza de lo divino. La gran diferencia entre la espiritualidad y la religión, es que la espiritualidad no tiene una visión dualista de La Divinidad.
Las bases fundamentales de la espiritualidad es el reconocimiento de que La Divinidad es amor incondicional en su expresión más perfecta. Por parte de La Divinidad JAMÁS experimentaremos un juicio, una recriminación, una crítica, un castigo. La espiritualidad nos enseña aquello que Jesucristo dijo: «El Reino de Dios viene sin dejarse sentir. Y no dirán: "Vedlo aquí o allá", porque el Reino de Dios ya está entre vosotros.». La conexión con La Divinidad no es algo que uno se gane por medio de la represión de su naturaleza sexual, de dar una limosna abundante o asesinando a quienes no comparten nuestras creencias; nuestra conexión con lo divino siempre ha existido y siempre va a existir. Nosotros mismos somos parte de lo divino, aquella energía vital que nos mantiene a todos con vida, proviene de la misma fuente que creo absolutamente todo. Nosotros somos gotas de esa gran fuente: nosotros somos parte de La Divinidad.
Otra enseñanza espiritual importante es aquella que nos dice que no existe el bien ni el mal. Lo bueno o lo malo solo se puede definir tomando un posicionamiento, y al hacer esto estamos ignorando que al ser nosotros parte de todo lo existente, entonces nos estamos juzgando a nosotros mismos. Reconocer la naturaleza espiritual de la vida nos vuelve muy conscientes de que el mundo externo no es más que una proyección del mundo interno, en lugar de atribuirle todas las causas de todo en nuestra vida a la justicia o el criterio de un ser superior que castiga a los malos y premia a los buenos. En realidad nosotros no recibimos ningún castigo por nada ni somos víctimas de un poder superior, sino que simplemente experimentamos las consecuencias de nuestros actos (karma). Es así de sencillo; reconectar con nuestro aspecto espiritual nos abre los ojos al hecho de que no podemos experimentar tal cosa como la muerte, ya que somos infinitos. Hemos vivido un sinfín de vidas y nos falta un sinfín por vivir.
Y en cada vida, se nos presentan oportunidades de sanar el karma que acumulamos en el pasado, esto con el fin último de alcanzar la iluminación espiritual. Algo muy particular de la religión es que tienen un avatar al cual le atribuyen todo su conocimiento, y lo ilustran como una meta inalcanzable en esta vida, cuando en realidad todos tenemos el potencial para volvernos en seres con un nivel de conciencia similar al de Jesus, Buda o Krishna. La religión ha llegado a condicionar el amor de La Divinidad, diciéndonos que hay manera de hacerla enojar y de que prácticamente nos odie. Como ya se explicó, todo esto es con el fin último de manipularnos. Vivir con una idea negativa de Lo Divino es sumamente dañino para la mente humana, ya que genera una visión distorsionada de la vida en general, donde a las personas se nos puede juzgar por nuestras acciones, cuando la verdad no es así.
Todos solo podemos actuar de la manera en la que nuestro proceso evolutivo nos permita, y a todos nosotros se nos pone todo el tiempo en situaciones que propicien nuestra evolución. Juzgar esto es absurdo: Aristóteles decía que las personas solo actuamos según aquello que nosotros percibimos como lo correcto, y no se puede criticar a alguien por buscar hacer lo correcto, aunque desde nuestra perspectiva no lo sea. La espiritualidad tiene tintes muy filosóficos, los que nos dan una flexibilidad de razonamiento mucho más amplia porque se entiende que los humanos no somos seres lineales. No tenemos un comportamiento que se puede predecir, no se nos puede asignar un modelo de vida que le haga bien a todos, y con esto se vuelve obvio que no se nos puede juzgar. Una de las partes que más han alejado a las personas de La Divinidad es que se les ha expuesto a una creencia de que el juicio y la culpa son partes fundamentales de Lo Divino. A nadie le gusta sentirse juzgado.
La última enseñanza espiritual que me parece relevante compartir en esta introducción a lo que es la espiritualidad, es que no existe un camino del bien y un camino del mal. No hay dos polaridades de bueno y malo, solo existe un solo camino que va del miedo al amor. TODOS estamos en este camino. Todos a cada instante estamos atravesando situaciones que nos van a ayudar para alejarnos del miedo, y nos van a acercar al amor incondicional que es La Divinidad, la cual está presente en todos lados a todo momento. Aquí y ahora, nos encontramos envueltos y sustentados por una energía infinita de amor, y solo podemos acceder a ella perdiendo el miedo. La búsqueda espiritual no es una en la que “consigas” algo, es todo lo contrario: es una búsqueda en la que pierdes todas tus creencias y juicios negativos acerca de todo, y te vuelves consciente de la naturaleza amorosa que todo tiene por el simple hecho de ser parte de La Creación.
Hay muchísimos conceptos muy distorsionados por la sociedad, los cuales podemos rectificar por medio de una visión espiritual. En las próximas semanas, subiré videos hablando acerca de éstos conceptos, tales como el amor, las relaciones, la abundancia, la salud y el éxito.
Comentarios
Publicar un comentario