Espiritualidad 101: LA SALUD

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Espiritualidad 101: la salud

Uno de los propósitos de la espiritualidad es ayudar en el cambio de la perspectiva dualista que se tiene la mayor parte de la vida, en donde todo tiene polaridades opuestas; es decir, bueno y malo; luz y oscuridad; calor y frío; y se busca adquirir una perspectiva unificada en donde las cosas no se vean como opuestos, sino como un todo. La maldad no es lo opuesto a la bondad, es la ausencia de ésta. La oscuridad es la ausencia de luz. El frío es la ausencia de calor. Entender esto es necesario para poder darnos cuenta de que las cosas no tienen un opuesto, sino que todo es parte de una sola unidad.

La enfermedad no es lo contrario a la salud; es la ausencia de ésta. Hay muchos estudios que han demostrado el papel que la creencia que tenemos respecto a nuestra salud juega en el estado de nuestro cuerpo: personas que aseguran ser muy propensas a enfermarse tienden a tener algún malestar la mayoría del tiempo, a diferencia de quienes saben que son salud perfecta; éstos últimos tienen una predisposición a nunca enfermarse. Uno de los más grandes errores que cometemos por la percepción dualista que muchos tenemos a lo largo de nuestra vida, es pensar que nuestra salud está sujeta a lo que esté pasando en el mundo.

El cuerpo humano ha evolucionado a lo largo de miles de años, y con ello el sistema inmunológico también lo ha hecho. Sin embargo, cuando vemos la salud como algo que se puede perder, y que tiene un opuesto –la enfermedad–, entonces automáticamente dejamos de confiar en nuestra propia capacidad de mantenernos sanos, y nos volvemos propensos a enfermar. Esto no es una creencia de la Nueva Era; hay publicaciones científicas que dejan claro que los pensamientos son tan poderosos que pueden mantenernos sanos o hacernos enfermar. A esto se le conoce como el efecto placebo y el efecto nocebo.

En el camino espiritual se aprende que todo aquello que sustenta la vida, es decir: el efecto placebo, es lo único que es verdadero; mientras que el efecto nocebo, lo que nos hace daño y nos enferma, es falso. Existen incontables casos de personas que han sido expuestas a enfermedades muy peligrosas, así como el cólera, y el hecho de saber que lo que es falso no puede vencer a lo verdadero, hizo que no enfermaran. También hay quienes han estado gravemente enfermos, pero al exponerse al campo energético de una persona con una conciencia expandida, han sanado. A esto se le ha conocido como un milagro.

Cuando la enfermedad se hace presente esto no quiere decir que ya no hay salud: la enfermedad sigue siendo salud, pero en su mínima expresión. Por lo que comúnmente se opta es por hacer algo para atacar a la enfermedad: se toman medicamentos buscando erradicar un efecto, cuando en realidad lo que se debe atacar es la causa. La causa de que el nivel de salud descienda es principalmente que el sistema inmunológico no está funcionando como debería, y esto se debe a múltiples causas, siendo una de ellas (y en mi humilde opinión, una de las más importantes) la creencia que se tiene acerca de la propia salud.

Con la perspectiva de dualidad se observa al virus como el agente causante de la enfermedad, pero la verdadera causa es la ausencia de salud que viene de un sistema inmune débil. En el video que hice acerca del coronavirus explico cómo hay muchas personas que están haciendo todo para prepararse externamente para combatir el virus: usan cubrebocas, se lavan las manos muy seguido y practican el aislamiento social; todo esto está perfecto, pero ¿qué acciones se están tomando para fortalecerse por dentro? La única forma de que haya salud es trabajando en ella de adentro hacia fuera, y no al revés.

Otra enseñanza espiritual es que no existe ahí afuera un mundo objetivo al cual nosotros estamos sujetos; por el contrario, lo único que existe es el mundo subjetivo, y lo que se cree que es posible, entonces se vuelve una realidad. Solo podemos experimentar los efectos de aquello que está en nuestra mente: si pensamos que somos salud perfecta y no podemos enfermar, lo más probable es que esta sea la vida de la que disfrutemos. Si pensamos que estamos sujetos a lo que esté pasando en el mundo y que cualquier virus puede vencer a nuestro sistema inmune, entonces eso es lo que pasará.

La salud desde una perspectiva espiritual es uno de los temas más controvertidos ya que el escuchar las enseñanzas espirituales al respecto puede generar en el ego una resistencia que no permita profundizar en el aprendizaje y lo tome como mero fanatismo, o que se vaya al otro extremo, en el que se tome la enseñanza como que se está diciendo que quienes están enfermos, lo están por su culpa. La verdad es que, como dice el doctor David Hawkins: no existen las enfermedades incurables porque alguien, en algún momento y en algún lugar, se ha curado de dichas enfermedades.

Todas las enfermedades empiezan en el nivel energético; lo que sucede es que alguno de los siete centros energéticos del cuerpo humano no se encuentra energizando al cuerpo como debería hacerlo, y esto nos contamina poco a poco. Tengo un video para cada uno de los siete centros explicando a detalle qué enfermedades podrían aparecer en caso de que alguno se encuentre bloqueado, y qué hacer para desbloquearlo y poder sanar a nivel energético.

Hipócrates dijo que si quieres ayudar a sanar a alguien, pregúntale primero si está dispuesto a renunciar a aquello que le enferma. Toda enfermedad debería ser tomada como una señal de que no estamos haciendo algo que deberíamos hacer, y eso está debilitándonos. Todo lo que es verdadero fortalece al cuerpo: el amor, la honestidad, la compasión y la integridad son algunas de las cualidades que logran expandir una conciencia al punto en el que enfermar es prácticamente imposible. Pero la ausencia de estas cualidades, que se verían como orgullo, resentimiento, ira y envidia, hace que seamos propensos a enfermar.

La última enseñanza que me parece relevante acerca del tema es que todo, en su esencia, es energía. Todas las enfermedades son simplemente un arreglo de átomos que está vibrando a una frecuencia baja, y éstos solo pueden existir en un ambiente que sustenta ésta vibración. Cuando nos encontramos en una frecuencia elevada, entonces ningún organismo de vibración lenta puede entrar en nuestro cuerpo pues es un ambiente hostil que no promueve su supervivencia.



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