¿QUÉ HAY DESPUÉS DE LA MUERTE?

La muerte es sin lugar a dudas uno de los temas más controvertidos de la humanidad. Hay quienes aseguran que la vida es un producto del azar sin ningún propósito en específico, por lo que la muerte simplemente debe ser el fin de todo. Por otro lado, hay quienes aseguran que la vida tiene una razón de ser, por lo que la muerte no es el fin de la vida, sino que solo es el cierre de un ciclo, con el que se inicia otro. A pesar de que la muerte se maneje como algo desconocido, de lo que nadie tiene experiencia, existen muchas personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte (ECM). Lo que más llama la atención de quienes se dedican a documentar estos casos, es que prácticamente todas las personas que han vivido una ECM, describen una experiencia muy similar.


Además de estos testimonios, tenemos la sabiduría de los seres iluminados, las personas que han alcanzado la máxima evolución de su espíritu o de su mente, y han comprendido la verdadera naturaleza de la vida humana. Seres extraordinarios como Buda Shakyamuni o Jesucristo, hablaron en sus enseñanzas acerca de lo que viene después de la muerte. Y si bien existen distintas interpretaciones de lo que enseñaron, hay un común denominador en lo que compartieron acerca de la muerte: que hay vida después de ella. Por último, están los casos descritos en la bibliografía de hipnoterapeutas especializados en la regresión, así como Dolores Cannon, autora de más de 14 libros al respecto. En todos sus casos de regresión, logró llevar a sus pacientes a una vida pasada, pasando por el proceso de la muerte y describiéndolo a detalle.


Lo primero que sucede al morir, según la documentación tanto en los casos de regresión, de ECM y explicado por los seres iluminados, es que el espíritu abandona el cuerpo sin dolor alguno. Pensamos que la muerte puede llegar a ser muy dolorosa y que nos hará sufrir demasiado, pero todas las investigaciones al respecto encuentran que no hay dolor. En el budismo, se describe a la muerte como la separación permanente de la mente –lo que otras corrientes espirituales conocen como el espíritu– y el cuerpo. Y eso es justamente lo que se describe que pasa al morir, que de un momento a otro, la persona que muere se encuentra fuera de su cuerpo, observándolo y preguntándose cómo es que la energía de vida de esta persona –su espíritu– cabía en un cuerpo tan pequeño.


Experiencias Cercanas a la Muerte


En su TED Talk, la neuroanatomista Jill Taylor describe cómo fue su propia experiencia cercana a la muerte. Recomiendo ampliamente que vean ese video, al cual pondré el link en la descripción de este video. Cuando yo lo vi me cambió la vida, y tal vez te pase lo mismo al verlo. Describe cómo en un momento, tras sufrir un derrame cerebral, comenzó a sentir cómo su espíritu abandonaba su cuerpo y se encontraba en un lugar lleno de energía. Conforme iba dejando el cuerpo, sentía cómo se iba volviendo cada vez más grande y comenzaba a abarcar la totalidad del lugar en el que se encontraba. Cuenta que al ver su cuerpo, se preguntó precisamente que cómo era que ahora, en ese estado energético, se sentía de un tamaño enorme, después de estar habitando un cuerpo tan pequeño. 


Pues esto es algo que también describieron todos los pacientes de regresión que comentaron cómo es experimentar la muerte. Describen que, sin sentir ni un poco de dolor, se encontraban fuera del cuerpo, en un lugar donde se siente un amor y una paz incondicionales. Algunos declararon sentir la presencia de seres queridos que ya habían muerto, que les estaban esperando y les daban la bienvenida al mundo energético. Una vez que asimilaban que habían abandonado el cuerpo, pasaban a través de esa luz de la que se suele hablar en las películas, y al atravesarla dejaban por completo este plano existencial. La diferencia entre las personas que sí murieron y quienes solo abandonaron su cuerpo por unos momentos, es que quienes regresan al cuerpo no atraviesan esa luz al final del túnel.


Los pacientes de regresión explicaron que al atravesar la luz, un espíritu corta permanentemente la conexión con el cuerpo, eliminando la posibilidad de regresar a él. Una vez que se atraviesa la luz, el espíritu que ha abandonado al cuerpo llega a un lugar que está en sintonía con su frecuencia. Lo que determina la evolución de un espíritu es su vibración; y esto es aquello que suele entenderse como el “cielo” o el “infierno”. En la vida humana tenemos la oportunidad de progresar o retroceder espiritualmente, y aquel nivel evolutivo o aquella vibración que tengamos al momento de morir, será el mismo del lugar al que lleguemos atravesando la luz al final del túnel. Por eso Jesús habló de la importancia de ser buenas personas en esta vida, puesto que aquello que hagamos determinará nuestro destino.


El espíritu experimenta su propia vibración y sus propias creencias; si creemos que somos merecedores de ir “al infierno” porque nuestras acciones en la vida que acabamos de terminar no fueron virtuosas, entonces eso vamos a manifestar. Pero no pasamos en ese lugar el resto de la eternidad: Buda explica en sus enseñanzas que el espíritu está en una travesía muy larga, de vida en vida, para seguir aprendiendo y evolucionando. Por lo que al terminar de experimentar los frutos de las acciones en la vida pasada, el espíritu procede a revisar lo que fue su vida pasada. Según la investigación de Dolores Cannon, en este momento cada quien siente en carne propia (por así decirlo) todas las emociones que le hizo sentir a los demás con sus acciones. 


La cosecha de lo que sembramos


Si hicimos sufrir mucho a alguna persona con nuestras actitudes, entonces nosotros viviremos esa misma situación pero desde la perspectiva de la persona que lastimamos, pues solo así podemos volvernos conscientes de el daño que hicimos y de las lecciones que tendremos que aprender en nuestra siguiente vida. Muchas veces podemos ignorar los efectos que nuestras acciones tienen sobre los demás, pero como lo dice el Dr. David Hawkins: no cae un solo cabello de nuestras cabezas sin que el universo lo sepa. El universo guarda un registro de todo, y eventualmente debemos asumir las consecuencias de nuestros actos. Tras experimentar los efectos que nuestras acciones tuvieron en los demás, pasamos a hacer los preparativos para nuestra siguiente vida.


Lo que determinará qué experimentaremos en nuestra siguiente vida es nuestro karma. Si fuimos personas muy negativas y que deliberadamente hicieron daño a los demás, tenemos karma negativo por reponer. Entonces, las opciones que tenemos a elegir son vidas en donde aquellas personas que lastimamos, ahora nos lastimarán a nosotros. A esto es lo que se le conoce como un contrato kármico: el budismo también lo explica. Antes de encarnar en un cuerpo, creamos acuerdos con todas las personas que conoceremos en nuestra siguiente vida, en donde nos ayudarán a sanar este karma negativo. De alguna u otra forma, alguien nos hará pasar por la misma situación que nosotros les hicimos pasar en alguna de nuestras vidas pasadas.


Aquí es donde viene el aprendizaje: cuando nos hagan aquella cosa negativa que nosotros les hicimos, se nos van a presentar dos opciones. Podremos vengarnos, hacerles alguna otra cosa negativa, y volver a generar un karma negativo que tendremos que pagar eventualmente, o podemos actuar a partir de la compasión, perdonarles, adquirir el aprendizaje necesario, y purificar ese karma negativo. Todo el tiempo está pasando esto: se nos presentan situaciones en donde tenemos la alternativa de actuar de forma constructiva y liberarnos de nuestro karma negativo. Cada vez que actuamos como seres compasivos y sabios, estamos creando para nosotros mismos un futuro en donde ya no tendremos que experimentar situaciones dolorosas para tener que aprender algo.


Una vez que hemos creado nuestro contrato kármico, el cual incluye nuestras circunstancias de nacimiento y las personas con las que nos relacionaremos –entre otras cosas– podemos alistarnos para comenzar nuestra siguiente vida. Hay demasiado que hablar acerca de este tema y lo que expliqué en este video es a grandes rasgos todo lo que se explica en varios libros. Es importante notar que en el mundo energético el concepto de tiempo no existe, así que no es como que estamos una semana en el cielo o el infierno, y después una semana experimentando lo que le hicimos a los demás, etc. Todo esto puede llegar a salirse de nuestra comprensión, pero pienso que es necesario tener distintos puntos de vista acerca de lo que viene después de la muerte, para no sentir miedo de algo que es inevitable.

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