Muchos podemos pensar que nuestros pensamientos son privados y que algunas de las cosas que hacemos pueden mantenerse en secreto, sin que nadie las sepa nunca. Sin embargo, existe en el universo un “lugar”, por así llamarle, en donde está absolutamente todo lo que se ha pensado e información acerca de todo lo que ha pasado. A este lugar se le conoce como los registros akáshicos, muchas veces representados o descritos como una enorme biblioteca en donde está todo el conocimiento existente. Para entender cómo funcionan los registros akáshicos, primero debemos saber que todo en el universo es energía que vibra a determinada frecuencia. Las vibraciones más lentas hacen que la energía se materialice y tome forma, mientras que las vibraciones más rápidas pueden ser imperceptibles a los ojos, tales como los rayos x y la luz ultravioleta.
Los pensamientos también son energía; de hecho, tienen la vibración más veloz de todas, y también se apegan a la ley que dice que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Todo pensamiento que se ha tenido y toda acción que se ha llevado a cabo, son energía de cierta vibración que en cuanto es emitida, se queda en el ambiente, vibrando a una velocidad que nuestros sentidos físicos no pueden percibir. No obstante, todas las personas tenemos sentidos psíquicos o extrasensoriales, con los que podemos acceder a este campo vibratorio en donde está toda la información de lo que ha pasado. Y esta información no se limita a esta vida, sino que todo espíritu, al encarnar, trae consigo toda la información de sus vidas pasadas, la cual vamos olvidando al ir creciendo para enfocarnos en esta vida.
Pero a pesar de que conscientemente hemos olvidado nuestras vidas pasadas, eso no quiere decir que la información o la energía que generamos en otras vidas haya desaparecido. En la metafísica, se habla acerca de un componente conocido como éter o akasha; éste es el “pegamento” por así llamarlo, que mantiene a todo en universo en su lugar. Su existencia se teoriza con base en el hecho de que para que la luz pueda propagarse por todo el universo, necesita haber un medio de propagación. Debido a que el espacio es un vacío, la luz no podría propagarse a menos de que hubiera un campo sobre el cual hacerlo, y a este campo se le conoce como akasha.
Todo el espacio vacío que nos rodea en realidad está lleno de éter o de akasha, y es justamente ahí en donde todo lo que hacemos y pensamos deja una estela energética. La razón por la cual no podemos interactuar con ella por medio de nuestros sentidos físicos, es porque estos sentidos están sintonizados para percibir vibraciones más lentas. Los registros akáshicos están compuestos por la energía de mayor vibración –el pensamiento–, luego entonces, solo podemos acceder a ellos por medio de los sentidos psíquicos o de la mente. Para poder conectarnos con esta biblioteca en donde hay un registro de todo lo que ha pasado y se ha pensado, tenemos que conectarnos con nuestras habilidades mentales.
Los registros akáshicos son muy útiles puesto que gracias a ellos podemos acceder a información de nuestras vidas pasadas, las cuales, en ocasiones, generan problemas en esta vida para los que no encontramos una explicación lógica. En la publicación que tengo acerca de las vidas pasadas explico cómo hay quienes viven cosas tan intensas, como su forma de morir –por ejemplo– en una vida pasada que traen a esta vida remanentes de ese trauma. Volviendo al ejemplo de los registros como una biblioteca, se podría ver la historia de cada espíritu como un libro. A esto es a lo que en el budismo se le conoce como “el continuo mental”; tu mente o espíritu, tu esencia, no tiene principio ni fin, no muere, y todo lo que ha experimentado y aprendido a lo largo de su existencia queda registrado en los registros akáshicos.
Usualmente, para acceder a la información que hay ahí se deben hacer preguntas y se leen los registros con la intención de sanar algo o de recibir claridad de nuestra vida. Los registros no se leen para predecir el futuro o algo por el estilo puesto que el futuro existe en la matriz de probabilidades que es el universo no manifestado, y es imposible predecir un futuro específico del número infinito de probabilidades que existen. La lectura de registros nos puede ayudar a sanar puesto que nuestro subconsciente recuerda todo lo que el espíritu ha vivido, pero no tenemos acceso a ello puesto que tanta información haría que colapsáramos e imposibilitaría que aprovecháramos esta vida al máximo.
Pero si algo de esa información subconsciente está generándonos un problema, como algún dolor crónico o algo así, entonces traerla a nuestra percepción consciente –por medio de una lectura de registros akáshicos– va a hacer que sanemos ese patrón que arrastramos de una vida pasada a esta. Todo lo que hemos hecho, dicho o pensado deja un registro o potencial energético, a lo que se le conoce como karma, y si logramos darnos cuenta de que todo lo que experimentamos no es más que una consecuencia de nuestras acciones pasadas (de esta vida u otra) podemos darle un sentido mucho más sabio a nuestra vida. Así que la próxima vez que una situación te genere una emoción negativa, piensa dos veces antes de siquiera desearle el mal a alguien, puesto que toda la energía que manipulemos en esta vida, quedará registrada en el universo y eventualmente regresará a nosotros.
Gracias 💖💖💖
ResponderEliminar