¿CÓMO CAMBIAR EL PASADO?

 

¿A cuántos de nosotros nos gustaría cambiar algo del pasado? Aunque hagamos las paces con lo que ya fue, obviamente hay cosas que nos gustaría haber hecho diferente o que no hubieran pasado. Y como vivimos físicamente en una dimensión en donde el tiempo solo fluye hacia una dirección, podemos creer que el pasado ya pasó y ya no hay nada que se pueda hacer al respecto. Sin embargo, la espiritualidad y la metafísica nos ayudan a comprender que, de hecho, siempre hay algo que podemos hacer para cambiar nuestro pasado por uno que nos guste más.


Para entender esto primero debemos saber que ninguna situación tiene valor por sí misma; es decir, lo que es bueno para ti puede ser malo para mí, y viceversa. Somos nosotros los que determinamos el impacto que algo tiene sobre nuestra vida, y a partir de cada postura que tomamos con la cual experimentamos lo que nos sucede, es que comenzamos a definir nuestro futuro. Esta es una premisa que está sustentada por la ciencia –específicamente la física cuántica– que nos dice que para cada situación que vivimos, hay un sinfín de posibilidades en las que esta podría derivar.


El ejemplo más clásico es el de lanzar una moneda al aire: sabemos que hay dos alternativas, que caiga cara o cruz. Olvidémonos por ahora de el hecho en sí mismo de lo que caiga, y veámoslo desde una perspectiva más subjetiva. Nuestros sentidos nos hacen pensar que las cosas son exactamente como las estamos viendo y sintiendo, pero en realidad todo va más allá de las simples apariencias. En el ejemplo de la moneda, la percepción ordinaria solo se quedaría con el hecho de que o cae cara, o cae cruz. Pero una perspectiva más completa comprende que, en realidad, lo que va a suceder se puede interpretar como algo positivo, negativo, o neutro. No solo es “o pasa una cosa, o pasa otra” y ya.


Si tú apostaste algo en el resultado de lo que salga en la moneda, entonces para ti puede ser bueno ganar, neutro si te es indiferente ganar o perder, o malo si pierdes. Todo esto lo explico porque la percepción dualista de las cosas piensa que algo pasó o no pasó y ya, cuando la verdadera naturaleza de las situaciones es que algo se interprete como positivo, negativo, o neutro. En cuanto comprendemos esto, podemos comenzar a darnos cuenta de que sí podemos cambiar nuestro pasado ya que no está conformado por las cosas que sí pasaron y las que no pasaron, sino por la manera en la que interpreté las cosas que pasaron.


Para explicar esto con más claridad, creé el siguiente diagrama: hagamos de cuenta que tú viviste una situación determinada, recordando que la situación en sí misma no es ni buena ni mala, sino que está sujeta a tu percepción. La decisión que tú tomes para interpretar la situación es lo que va a determinar cuál es el futuro al cual te encamines, y no la situación per se. Hagamos de cuenta que actualmente te encuentras en el escenario #9, puesto que aquello que te sucedió lo interpretaste como algo muy malo, y con base en esta interpretación, tomaste una serie de decisiones que te han hecho sentir mal y que le atribuyes a la situación raíz.


La verdad es que, en la vida, no importa tanto qué es lo que nos ha pasado, sino la forma en la que lo interpretamos. Y más aún porque, como podemos ver en el diagrama, interpretar una sola situación desde una perspectiva negativa, deriva en que comencemos a desarrollar una forma de ver la vida en donde predomina la negatividad. Así que ya no importa tanto si nos pasan cosas afortunadas o desafortunadas, puesto que nos vamos poco a poco acostumbrando a ver las cosas desde una postura destructiva. Pero afortunadamente para todos nosotros, es posible regresar al momento en el que empezamos a ver las cosas negativamente, y cambiarlo.


A esto se le conoce como recontextualización. Es el hecho de, desde el momento presente, siendo personas más sabias y con mejores herramientas para descifrar lo que nos ha pasado, darle un significado diferente al pasado. Y obviamente a nuestra mente conceptual y lineal le gustaría escuchar que se puede regresar físicamente al pasado y cambiarlo, pero de hecho es mucho mejor saber que desde donde sea que estemos, tenemos la capacidad de cambiar toda nuestra historia con el simple hecho de verla con otros ojos.


Aquella situación que vimos como algo muy desagradable y que nos dejó con problemas de confianza o inseguridad, puede ser cambiada desde el presente a una situación que nos desafió y de la que aprendimos, gracias a la cual pudimos crecer y volvernos mejores versiones de nosotros. En todo momento tenemos la capacidad de crear el futuro que deseamos, pero lo primero que tenemos que hacer es cambiar el pasado para alinearnos con la clase de vida que realmente queremos llevar.


No importa cuántos años tengamos ni qué tan arraigada esté esa situación a nuestra mente, en cuanto comenzamos a observar las cosas no como hechos incambiables que fueron o no fueron, sino como eventos a los que nosotros les asignamos un significado que le podemos cambiar en cualquier momento, es cuando recuperamos el poder creador que todos tenemos para crear la vida que deseamos. Nada es permanente y todo está en constante cambio; el pasado también es así, y está en nuestras manos crear para nosotros un pasado constructivo que nos garantice el futuro que queremos y merecemos.

Comentarios