LA ENERGÍA SEXUAL: SEXUALIDAD Y ESPIRITUALIDAD

No podemos negar ni ignorar el fuerte impacto negativo que la manipulación de las enseñanzas espirituales ha tenido en la sexualidad. Este tema, hasta la fecha, sigue siendo –en el mejor de los casos– un tabú, mientras que en el peor de los casos es algo que hace a una persona acreedora a castigos como lo es ir a la cárcel o incluso la muerte. No solo se considera que la única forma “correcta” de relacionarse sexualmente con otra persona es en un contexto de heterosexualidad, sino que incluso en este contexto hay un sinfín de “reglas” o condicionamientos sin sentido que han lastimado intensamente la relación que millones de personas tienen con su sexualidad.


La sexualidad es algo natural, y si bien muchos consideran que es un obstáculo en el camino hacia la realización espiritual, hay otros que aseguran que –por el contrario– es un método con el cual podemos avanzar rápidamente por el camino espiritual hacia la iluminación. ¿Cuál de estas ideologías es la correcta? Personalmente pienso que en dependencia de la perspectiva desde la que lo vea cada quien es que la energía sexual puede o almacenarse dentro del cuerpo con la abstinencia, o usarse conscientemente en una relación sexual, para evolucionar espiritualmente. Pero antes de hablar acerca de cómo utilizar esta energía como un catalizador de nuestra espiritualidad, tenemos que analizar y cuestionar las creencias negativas respecto al tema.


¿Cuántos de nosotros hemos escuchado a lo largo de nuestra formación, supuestas “reglas” o normas que no tienen sentido acerca de cómo debemos vivir nuestra sexualidad? Las primeras que se me vienen a la mente es que tener relaciones sexuales está mal si no es dentro del matrimonio, si es con una persona del mismo genero, si las tenemos con muchas personas… todo esto, visto con ojos objetivos, es totalmente absurdo. La sexualidad es parte de nuestra naturaleza tal como lo es comer o respirar, y es cierto que no nos vamos a morir si dejamos de tener sexo (lo cual si pasaría si dejamos de comer o respirar), pero es un hecho que no podemos evolucionar ni desarrollarnos como personas si no entendemos y aceptamos   esta parte de nosotros.


Partiendo de la realidad de que si no fuera por la sexualidad ni siquiera existiría la vida como la conocemos, podemos quitarle la etiqueta de que es algo “sucio” o “impropio” y podemos comenzar a ver la divinidad y lo sagrado que hay en la sexualidad. Se nos ha enseñado que hemos de sentir culpa y vergüenza por nuestra naturaleza sexual, y es verdad que hay casos inaceptables del uso de esta energía, tales como las relaciones sexuales sin consentimiento o con menores de edad, pero hay muchos otros que se han etiquetado de “pervertidos” o “inapropiados” –como los que ya mencioné– que en realidad no lo son. La energía sexual vive en todxs nosotrxs nos guste o no, y mientras antes hagamos las paces con esto y le quitemos las etiquetas negativas, será mejor puesto que podremos utilizarla a nuestro beneficio.


Es evidente que la sociedad sigue sintiéndose muy incomoda ante la realidad de nuestra naturaleza sexual, puesto que toda persona que esté liberada sexualmente y sin hacerle daño a nadie, es objeto de la crítica, el odio y el rechazo de millones de personas. Cuando alguien siente comodidad con su sexualidad y la expresa libremente, se le encasilla en una serie de conceptos negativos: que es una persona promiscua, que es una “pecadora”, que “Dios la va a castigar”. Y quiero hacer un hincapié en este último punto: como lo dije en el video acerca de la importancia de sanar nuestra relación con la sexualidad, no existe tal cosa como un “Dios castigador” que esté juzgándonos por vivir nuestra sexualidad.


Lo que sí existe es la ley de causa y efecto o karma: si tenemos una conducta sexual inapropiada, que a grandes rasgos es tener relaciones: forzadas, con una persona menor que aún no comprende lo que es la sexualidad, o en un contexto de infidelidad, tendremos consecuencias negativas. De lo contrario, no hay nada de negativo en explorar y conocer esta parte de nosotros. No hay nada de malo en relacionarnos sexualmente con: alguien del mismo genero, una persona con la que no estamos casadxs, múltiples personas… y tan solo decir esto suena a “promiscuidad” pero no lo es. Se ha grabado fuertemente dentro nuestro la idea de que todo lo relacionado con la sexualidad es negativo: veamos por qué es así.


Tenemos por un lado a quienes dedican su vida a recorrer el camino espiritual, quienes han optado por la abstinencia o el celibato. Esto podría reforzar la idea de que el sexo es malo y nos aleja de la espiritualidad, pero la realidad es que esto se hace, en primer lugar, porque el sexo puede generar mucho apego a estar en un cuerpo físico, lo cual dificulta que podamos trascender al cuerpo y alcanzar niveles espirituales avanzados. En segundo lugar, la energía sexual se encuentra en el segundo chakra, y si estamos constantemente derrochándola en el orgasmo, impedimos que esta energía ascienda por el sistema de chakras y nos ayude a evolucionar espiritualmente.


Durante el orgasmo, que es la cúspide de las relaciones sexuales, se libera muchísima energía que si se retiene dentro del cuerpo y se gestiona correctamente, puede ayudarnos en nuestra evolución espiritual. Aunque por otro lado, existen las prácticas sagradas –conocidas como el tantra– en las que esta energía liberada en el orgasmo se canaliza conscientemente para ayudarnos a manifestar o a crear la vida que deseamos. Recordemos que la energía sexual es la energía creadora, sin ella no habría vida como la conocemos, y entonces cuando reconocemos lo sagrada que es esta energía podemos darle un uso que vaya más allá del mero placer físico.


Claro que relacionarse sexualmente solo por placer está bien, pero que el sexo se limite a ello –consecuencia de nuestra ignorancia acerca del tema por los prejuicios negativos que le tenemos– hace que no veamos más allá de lo que experimentamos fisicamente. Hay muchísimas formas en las que el sexo puede transformarse en una profunda experiencia espiritual: al final, son dos (o más) personas uniendo su energía sexual para crear algo. Técnicas como visualizar algo que deseamos manifestar al momento en el que tenemos un orgasmo y liberamos toda esta energía son muy conocidas entre quienes practican el sexo tántrico. Cuando quitamos las ideas negativas de este tema, nos abrimos a descubrir todas las posibilidades que tenemos al ser seres sexuales.


Así sea que prefieras guardar la energía sexual dentro tuyo y elevarla a través de tu sistema de chakras, o la utilices para ayudarte a conocer tu poder creador, el objetivo es quitarle todas las etiquetas perjudiciales y entender que es parte de nuestra naturaleza y no tiene nada de malo utilizarla como mejor nos parezca (siempre y cuando evitemos los comportamientos indebidos ya mencionados). Gracias a la sexualidad es que somos seres creadores; es momento de que te quites todo prejuicio y creencia negativa e integres la energía sexual a tu vida con aceptación y entendimiento. 

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