¿Cuántos de nosotros, en cuando sentimos cualquier malestar en el cuerpo, buscamos solucionarlo tomando algún medicamento? Y en caso de que eso no resuelva el malestar, inmediatamente buscamos acudir a un especialista para que nos dé la solución. Esto es algo que ayuda a incontables personas, pero también perjudica a otras tantas. No es una novedad que, usualmente, al mismo tiempo que un medicamento está arreglando una cosa, está descomponiendo otra. Hay un sinfín de casos de quienes generan dependencia, dañan algún órgano, o incluso desarrollan otra enfermedad –como el cáncer– por vivir largos periodos de tiempo medicándose. Si bien sería absurdo el negar los beneficios del sistema de salud, también lo es el negar las consecuencias.
Continuando con la serie de teorías conspirativas que proponen la existencia de una manipulación global para detener la evolución espiritual de la humanidad, en esta ocasión hablaremos acerca del sistema de salud. Gracias a éste hemos logrado vencer epidemias, conocer el funcionamiento del cuerpo humano para así optimizarlo, y ayudar a millones y millones de personas a superar enfermedades que amenazaban su vida. Sin embargo, existe la teoría que plantea que la existencia altruista de la medicina moderna ha quedado atrás desde hace mucho, y ahora no es más que una empresa con el único fin de obtener ganancias monetarias a costa de la salud de las personas. Para hacerlo, necesitan personas enfermas.
El ejemplo que más se usa para sostener este argumento y que personalmente encuentro bastante lógico, es el que compara a la industria farmacéutica con un traficante de drogas. Naturalmente, el traficante depende en un 100% de que sus clientes generen una adicción a las drogas que vende para así generar ingresos. De la misma manera y según esta teoría, la industria farmacéutica no está diseñada para sanar a las personas en su totalidad, sino solo para dar una solución temporal a su problema. Así, asegura que sus clientes no dejen de serlo: un cliente que ha sanado es un cliente perdido. Incluso se habla de que hace mucho tiempo ya existe una cura para enfermedades como el cáncer, pero ello representaría una pérdida multi-millonaria para esta industria.
Y no solo eso: también podemos observar un evidente rechazo a toda forma de buscar la sanación física que no sea la medicina convencional. Si regresamos a la primera publicación de esta serie, la cual te invito a que leas si no lo has hecho aún, podemos trazar con exactitud el origen del rechazo a las terapias alternativas. ¿Cuándo hemos visto un comercial donde se hable de la homeopatía o la acupuntura? Métodos que, a pesar de ser criticados por gran parte de la comunidad científica, cuentan con el sustento de millones de personas que dan testimonio de que éstas y más formas de sanación alternativas surtieron efecto donde la industria farmacéutica había fracasado.
¿De dónde viene el rechazo masivo a las terapias alternativas? Conozco personas –y seguramente tú también– que nunca en su vida han experimentado una, pero aún así, hablan de ellas como “pseudo-medicina” y no tienen fe en que realmente pueden ser igual de efectivas –o incluso más– que la medicina convencional. Podríamos pensar que el rechazo a la medicina holística, por ejemplo, es algo que se ha dado de manera natural en las personas. Pero si analizamos este rechazo desde la visión de nuestra teoría conspirativa, que propone la existencia de una fuerza manipuladora para detener la evolución espiritual de las personas, podremos observar otra cara a este rechazo de la medicina alternativa.
La principal propuesta de la medicina holística o alternativa se basa en el reconocimiento de que las personas no solo somos un cuerpo, sino que también somos mente, somos espíritu, somos energía. Tomando estos principios, se deja atrás la idea de que hay enfermedades incurables o de las que se desconoce por completo su origen, sino que se busca la causa probable en todo aquello que nos conforma como seres humanos, es decir: a nivel energético y espiritual. Es así que se puede arrancar de raíz el problema y es por eso que la medicina holística, en ocasiones trabajando en conjunto con la medicina tradicional, ha logrado sanar de manera permanente a incontables personas de toda clase de enfermedad.
Quiero hacer hincapié en que no estoy hablando de que una medicina sea buena y otra mala; solo estoy explicando una teoría conspirativa. Personalmente, me he visto beneficiado por ambas medicinas, y no creo que sean enemigas sino más bien compañeras. Si se usan en conjunto, pueden contribuir de una forma extraordinaria en la vida de las personas. Pero si vemos el escenario actual desde la perspectiva de nuestra teoría conspirativa, es evidente que el rechazo hacia todo lo holístico y alternativo no viene de la nada. Nadie nace negando los beneficios que una sesión de acupuntura, por ejemplo, puede tener en el cuerpo. Existe una supuesta manipulación para que rechacemos las alternativas… pero, ¿por qué?
Si la salud se observa desde la postura espiritual, se comprende que toda enfermedad física es la consecuencia natural de una enfermedad espiritual. Por lo tanto, si quieres mantener a las personas físicamente enfermas, haz de hacerlas creer que no hay tal cosa como la espiritualidad. Cuando, por ejemplo, tenemos malestar estomacal, inmediatamente pensamos que algo que comimos nos hizo daño. No es usual que nuestro primer pensamiento sea: “¿qué situación no estoy digiriendo bien?” Si nos duelen las rodillas, la razón lógica es porque debe haber algún problema de ligamentos o algo por el estilo; no solemos preguntarnos “¿ante qué situación me está costando trabajo doblegarme? ¿Mi orgullo estará perjudicándome?”
Si tu propósito es manipular a una persona para que crea todo lo que le dices, necesitas hacerla pensar que no tiene ningún poder para cambiar las cosas. ¿Qué mejor manera de hacerle creer a las personas que no tienen poder alguno, que programándoles la idea de que no tienen ni siquiera poder sobre el estado de salud de su cuerpo? Una de las primeras cosas que se estudian en el camino espiritual es que nuestros pensamientos determinan en gran medida la calidad de nuestro sistema inmunológico. Al reconocer que el pensamiento es la energía creadora de absolutamente todo, se comprende que la salud no es la excepción. Y si bien pensar que no tienes alguna enfermedad no va a cambiar un diagnóstico de la noche a la mañana, lo que pienses acerca del diagnostico determina tu potencial para sanar.
Entonces, si necesitas a una sociedad llena de gente enferma e ignorante respecto a su poder espiritual para influir en el estado de salud de su cuerpo, debes manipularle para creer que no existe tal cosa como la espiritualidad. De esta manera, desconectas a las personas de su energía de vida, las alejas de la confianza sobre sí mismas y sus capacidades, eres capaz de inducir miedo en ellas y de manipularles para hacerles creer que la enfermedad es inevitable, que muy probablemente estén enfermas, y que la única solución a sus problemas de salud está en la industria farmacéutica. Si quieres que tu cliente sea adicto a tu producto, harás todo lo que esté en tus manos para impedir que se den cuenta de que hay alternativas igual de efectivas que pueden ponerle fin a su necesidad de tu producto.
Una vez más quiero dejar claro que no estoy diciendo que se sustituya una quimioterapia por una sesión de acupuntura. Pero sí quiero compartir que conozco personas que tuvieron cáncer y gracias a que complementaron su tratamiento con medicina alternativa, lograron sanar. Desde la espiritualidad queda muy claro que las personas sí tenemos poder sobre nuestro cuerpo y su salud. Justamente por eso, asegura nuestra teoría conspirativa, se ha buscado manipular nuestra evolución. En el estudio de la conciencia humana se sabe que a mayor evolución espiritual mayor vibración de la energía de nuestro espíritu, y esta energía es capaz de transformarlo absolutamente todo. Por eso, cierto maestro espiritual dijo que si tuviéramos fe como un grano de mostaza, diríamos a una montaña que se pase de un lugar a otro, y la montaña se pasaría.
Ahora que conocemos acerca de algunas de las variables acerca de la teoría conspirativa que propone la existencia de una manipulación de la evolución espiritual de las personas, hemos de hablar acerca del por qué de esta manipulación. El tener a la gente manipulada por medio de la televisión, influenciada por personas muy poderosas parte de una élite controladora, desconectada de su espiritualidad a través de las falsas enseñanzas impuestas por la iglesia católica y dudando de su poder para hacer cambios incluso sobre su propio cuerpo, son las piezas del rompecabezas que nos llevan a entender la imagen completa. Espéralo en la próxima publicación.
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