La técnica de mindfulness –o atención plena– se ha vuelto muy popular ya que, gracias a ella y cuando se aplica correctamente, podemos relajar nuestra mente y experimentar algo de paz mental. Basada en el hecho de que muchos de nuestros problemas y sufrimientos vienen de estar pensando todo el tiempo, recordando el pasado o planeando el futuro, el mindfulness propone que el sufrimiento que esto nos causa desaparecería si nos concentramos en el presente. Una de las obras que más ha llevado la atención del público a esta técnica de atención plena es “El Poder del Ahora”, de Eckhart Tolle, maestro espiritual internacionalmente reconocido.
En su libro, Tolle asegura que aquí y ahora, en el presente, nos encontramos en un estado de potencial paz y bienestar infinitos pero que, debido a nuestro aferramiento con nuestra historia y la sobre-identificación con ella, no conectamos con este potencial. Debido a que pensamos que somos nuestro pasado y en este momento estamos sometidos a éste, desarrollamos toda clase de ideas, juicios y expectativas que nos mantienen mentalmente perturbados. En consecuencia, sufrimos todo el tiempo de sensaciones desagradables tales como la envidia, los celos, la ira, la depresión, el orgullo, etc. Sin embargo, las enseñanzas del mindfulness o la atención plena pueden rápidamente distorsionarse cuando se sacan del contexto espiritual.
Esencialmente, el mindfulness es una práctica que tiene sus orígenes en el budismo, es decir, es una práctica con más de 2500 años. Actualmente se ha integrado –hasta cierto punto– en la vida moderna, pero también se ha distorsionado un poco ya que principalmente se han integrado los beneficios, pero no tanto los propósitos. Mucho se habla de que si nos concentramos fuertemente en el momento presente, en lo que está pasando ahora, estaremos más en paz puesto que nuestra atención no estará en los pensamientos incesantes, sino en las experiencias actuales. Así, si me siento deprimido –por recordar el pasado– o ansioso –por anticipar el futuro– puedo llevar mi atención a un evento neutro, que es el presente.
Y si bien esto es algo sumamente útil para dejar las distracciones que nos perturban y darle toda nuestra atención a lo que pasa momento a momento, si no tenemos en claro cuál es el propósito de practicar el mindfulness, no aprovecharemos al máximo esta técnica espiritual milenaria. Darle toda nuestra atención a los sonidos que escuchamos o a los alimentos que saboreamos puede inducir cierta sensación de bienestar debido a que no impregnamos el presente con la negatividad con la que cargamos a lo largo de nuestra vida, pero –de hecho– el mindfulness se desarrolló precisamente con el fin de eliminar esta negatividad. El error más común respecto a esta práctica es que se está adaptando para simplemente ignorarla.
Obviamente, si ignoramos la negatividad no vamos a experimentarla, pero esto no es solucionarla. El mindfulness tiene el propósito de ayudarnos a conocer nuestra mente para así transformarla, y no solo para hacer de cuenta que nuestra negatividad no existe. Repito: el practicar la atención plena en cada actividad que hacemos sí funciona y es muy útil, pero en el momento en el que nos distraigamos, vamos a volver a sentir toda la negatividad que queremos sacar de nuestra vida. Por ello, es necesario saber que el mindfulness tiene sus orígenes en principios espirituales tales como la ley del karma, la cual explica que el sufrimiento actual es producto de acciones pasadas, y no solo de nuestra interpretación del presente.
En una publicación explico a detalle la ley del karma y te invito a que la leas para tener todo el contexto. Pero lo más importante a entender es que si bien es cierto que la interpretación de lo que nos pasa determina cómo lo experimentamos, lo que queremos no solo es aprender a transformar la interpretación sino también aquello que nos pasa. Todo lo que vivimos no es más que el efecto de causas que nosotros mismos creamos en el pasado. Si actuamos con intenciones negativas, nos pasarán situaciones negativas. Solo vivimos experiencias de una calidad similar a la intención de nuestras acciones; si mejoramos la calidad de nuestras intenciones, también mejorarán nuestras experiencias. Este es el principio del mindfulness.
Regresando a algo que mencioné anteriormente: se habla mucho de los beneficios del mindfulness pero no lo suficiente de su propósito. Nos podemos beneficiar mucho de adiestrarnos en mantenernos presentes y no ser tan reactivos, esto es el por qué del mindfulness, pero si no entendemos realmente el para qué es importante mejorar nuestras reacciones, nuestra motivación no será tan poderosa como podría serlo. Y el para qué del mindfulness es justamente para aprender a utilizar la ley del karma. Si aprendemos a mantenernos presentes y conscientes de nuestras acciones físicas, verbales y mentales a partir del mindfulness espiritual, nuestra vida cambiará por completo.
Solo si comprendemos que todo lo que vivimos en el presente no es más que el resultado de nuestras acciones e intenciones del pasado, es que podremos obtener los dos mayores beneficios del mindfulness. El primero es que, al reconocer que todo lo que vivimos es la consecuencia de lo que hemos hecho en el pasado, podemos experimentarlo con una mente más receptiva, abierta al aprendizaje y no tanto al juicio, a la reacción –o peor aún– al victimismo. El segundo beneficio es que, al entender el verdadero origen de aquello que nos sucede, nos mantendremos con la atención plena en el presente para asegurarnos de que solo creemos karma positivo que experimentaremos en el futuro.
Vivimos regidos por la ley de causa y efecto, pero estamos acostumbrados a experimentar la vida desde el lado del efecto. Pensamos que nos pasan ciertas cosas porque tenemos mala suerte, porque hay un ser que nos castiga por nuestros pecados, o cualquier otra razón que nos despoja por completo del poder sobre la propia vida. Pero el verdadero mindfulness nos permite desplazarnos del efecto a la causa. Con la atención plena del mindfulness espiritual reconocemos que las acciones que obramos producen un efecto: las experiencias que vivimos. Por lo tanto, no solo nos mantenemos mentalmente en el aquí y el ahora para ignorar la negatividad, sino para transformar nuestras intenciones y acciones en aquellas que corresponden con nuestro deseo de vivir situaciones agradables y de bienestar.
Cuando tenemos esta intención: transformar nuestra forma de ser, de pensar y de actuar con el fin de crear las causas de los efectos que deseamos experimentar, es que integramos el mindfulness a nuestra vida con una motivación indestructible. Dejamos de hacerlo con el mero propósito de volvernos maestros en ignorar la negatividad de nuestra mente, sino con la intención de aprender a crear la vida que deseamos. Pasamos de aprender a lidiar con los efectos aparentemente aleatorios en forma de las experiencias que vivimos, a aprender a crear las causas para experimentar aquello que deseamos. El mindfulness se creo con este propósito: ayudarnos a entender el poder que tenemos sobre nuestra vida.
Podemos escuchar un sinfín de beneficios de alguna práctica, pero solo cuando la vivimos en experiencia propia es que podemos determinar si es realmente beneficiosa. Y aunque sea así, si no tenemos en claro para qué queremos estos beneficios, es probable que la abandonemos eventualmente. Si tenemos claro que el trabajar en mantenernos más presentes y más conscientes porque nos ayudará a sentirnos más en paz, tendremos una motivación fuerte. Pero si también tenemos claro que el estar presentes y conscientes es especialmente para crear la vida que deseamos, tendremos una motivación prácticamente indestructible. Esto lo podemos lograr todas las personas por medio de la atención plena o mindfulness.
Para ayudarte a integrar esta herramienta a tu vida, he creado un curso totalmente gratis en el cual te acompañaré a lo largo de siete sesiones en las que no solo te explicaré cómo ser más mindful, sino que también te hablaré del proceso creativo a nivel energético. Este curso será a través de un boletín semanal que comenzará a difundirse el 13 de diciembre debido a que me interesa que tomes las primeras sesiones antes de que acabe el año, en las cuales te daré consejos y herramientas para comenzar a crear a nivel energético el propósito que tengas para el nuevo año que comienza. Pero si estás viendo esto después de esta fecha no te preocupes, ya que este conocimiento te será útil en cualquier momento de tu vida.
Lo único que debes de hacer para participar en el curso es inscribirte al boletín: https://mailchi.mp/37b5bb85eeea/curso-mindfulness. El formato del curso es en siete correos que recibirás semanalmente, en donde te acompañaré en el proceso creativo y consciente para manifestar ese deseo o propósito que tienes para el año 2022.
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