La CONCIENCIA de la 3RA, 4TA Y 5TA DIMENSIÓN

Así como físicamente nos encontramos habitando la cuarta dimensión, al estar en un universo en donde hay 3 dimensiones de espacio y 1 de tiempo, mentalmente también estamos habitando una dimensión. Todos los fenómenos que se explican por las leyes de la física, están sujetos a la dimensión que habitamos físicamente, y es por eso que no podemos viajar en el tiempo, por ejemplo. De la misma manera, todos los fenómenos que percibimos mentalmente están sujetos a la dimensión en la que nuestra conciencia se encuentra. Hay un cambio radical en la forma de ver y experimentar la vida según la dimensión en la que nuestra mente se encuentre. La mayoría de los seres humanos nacemos con una percepción de la vida a partir de la tercera dimensión, que es la primera que explicaré.


La tercera dimensión

La tercera dimensión de conciencia suele describirse como un triángulo. Esto es así porque la conciencia de la 3D únicamente percibe dos polos en toda situación; nosotros nos encontramos en uno de los tres puntos que conforman a un triangulo, y solo vemos otros dos. Esto es lo que se conoce como la dualidad: desde la perspectiva de la tercera dimensión, las cosas son o buenas o malas, o blancas o negras. A la conciencia de la 3D se le conoce como la conciencia simple, y es la clase de conciencia que los humanos compartimos con los animales. En este nivel nos encontramos reaccionando todo el tiempo a lo que sea que nos suceda, puesto que estamos muy aferrados al mundo externo y a sus estímulos.


Otra de las características de esta clase de conciencia es que suele considerarse víctima de lo que sea que le esté pasando. En la conciencia de la tercera dimensión pensamos que el mundo exterior y el interior son dos cosas muy aparte, por lo que ni siquiera sospechamos que nuestras actitudes, pensamientos y emociones tengan algo que ver con lo que nos acontece. Damos por hecho que el mundo que observamos es ajeno a nosotros y que nosotros solo somos parte de él, sujetos a sus caprichos, en lugar de ser creadores de nuestra propia realidad. En esta dimensión el ego es lo que rige nuestra vida, y vivimos mentalmente aislados de quienes nos rodean. Nuestra mayor preocupación es solo nuestra felicidad, y por ello solemos sufrir mucho, puesto que la mejor forma de ser infeliz es pensando solo en nosotros.


La cuarta dimensión

La forma en la que podemos trascender la 3D y evolucionar mentalmente hacia la 4D es reconociendo que no tenemos todas las respuestas, que no lo sabemos todo, y lo más importante: que el mundo y la vida es mucho más que aquello que percibimos con nuestros sentidos. La cuarta dimensión es un cuadrado: ahora, dentro de nuestra percepción de las cosas, existe un punto medio en donde no todo es tan bueno ni tan malo. Esa es la principal característica de la 4D: hemos logrado salir de la dualidad y podemos comenzar a ver la imagen completa de las cosas, en lugar de solo quedarnos con los detalles que más llaman nuestra atención. Así como en la 3D está la conciencia simpleen la 4D está la auto-conciencia, y con ello aprendemos a observar y transformar nuestro mundo interno.


La conciencia de la 3D tiene toda su atención en el exterior, pero la 4D comienza a reconocer que su mundo interno, es decir, sus pensamientos, creencias, perspectivas, actitudes, etc., juegan un rol crucial en la realidad que manifestamos. De hecho, la conciencia de la cuarta dimensión entiende que todo es energía vibrando en cierta frecuencia, y que la vibración de cada persona es lo que determina qué cosas se atraen y se manifiestan en su realidad. En esta dimensión de conciencia también comenzamos a entender que la felicidad de todos los seres importa, por lo que dejamos de tener toda nuestra atención en nuestra felicidad, y empezamos a considerar la felicidad de los demás.


Asimismo, en la 4D empezamos a cambiar muchas de las creencias a las que nos aferrábamos fuertemente en la 3D, y con este constante cuestionamiento de nuestros patrones de pensamiento, nos deconstruimos y literalmente nos construimos como una persona nueva. Como ya tenemos otro punto de referencia al ser un cuadrado –a diferencia del triángulo que es la 3D en donde solo vemos las cosas como buenas o malas– aprendemos a volvernos más apacibles y ecuánimes, puesto que podemos ver más componentes de alguna situación, y responder de una forma más constructiva. Muchas de las cosas que podríamos considerar inexistentes, como la intuición o los sentidos psíquicos, se consideran como una realidad debido a que ya no vivimos con la necesidad de tener pruebas para creer en algo.


Se podría decir que la cuarta dimensión de conciencia es la entrada al mundo energético, en donde comprendemos que el universo observable simplemente es el efecto o la manifestación del universo energético. Y como ya no estamos obsesionados con el universo observable o manifestado, nos abrimos a crear nuestra realidad desde el entendimiento de las vibraciones y la energía, y no a través de la ley de la causalidad. Esta ley nos dice que A causa B, que después causa C; así se perciben las cosas en la 3D, pero en la 4D aprendemos que existe una matrix que sería “ABC”, de la cual surge A, luego B y luego C. Todo esto lo explica el Dr. David Hawkins en su libro “El Poder frente a la Fuerza”, una lectura que recomiendo ampliamente para quienes quieran expandir su conciencia y su entendimiento de la vida humana.


La quinta dimensión

Mientras más vamos adiestrando nuestra mente a la conciencia de la 4D, y nos damos cuenta de que la verdadera fuente de todo lo que pasa en este mundo es el mundo energético, entonces vamos poco a poco dejando que nuestra concentración y enfoque pase del mundo físico al energético. Cuando estamos completamente ahí, entonces hemos evolucionado a la conciencia de la 5D, la más elevada que podemos alcanzar en la vida humana. La quinta dimensión es una pirámide con base cuadrangular: hemos logrado salir de toda esta percepción de la vida en la que nos vemos como los protagonistas, y nos damos cuenta de que somos parte de algo mucho más grande que nosotros.


A esta visión de la vida en la que nos atribuimos más importancia de la que en realidad tenemos se le conoce como el samsara o la rueda de la vida. Y a la conciencia de la quinta dimensión, también conocida como la conciencia cósmica, también se le conoce como la iluminación espiritual. Tengo una publicación explicando tanto el samsara como la iluminación espiritual, y te recomiendo que las leas en caso de que quieras saber más de todo este tema. La conciencia de la 5D lo entiende y percibe todo: para una persona iluminada todo le es evidente. Entiende por qué las cosas pasan como pasan, puede atar los hilos que unen todos y cada uno de los eventos en la vida de una persona. Puesto que todo pasa por algo, requiere de una mente muy avanzada para entender que la cosa más trivial o la más intensa, tuvo su razón de ser.


El propósito de la vida humana es justamente evolucionar mentalmente, expandir nuestra conciencia, y poder llegar hasta la quinta dimensión o iluminarnos espiritualmente. La mente en un nivel de conciencia de la 5D siente amor incondicional por todos los seres, y su motivación principal de ser es ayudar con su alta vibración a toda la humanidad. Seres sumamente espirituales, como Jesús o Buda, eran conciencias de la quinta dimensión, y por eso sus acciones siempre estuvieron motivadas por aportar algo positivo a la humanidad. Como la conciencia cósmica es la mente que habita permanentemente el universo energético, es capaz de realizar acciones que se salen de lo que consideramos posible en el mundo físico.


A estas acciones se les ha conocido como milagros: la verdad es que no hay nada que no sea posible. Jesús lo dijo: que si tuviéramos fe como un grano de mostaza, le diríamos a un monte que se pase de un lado a otro, y se pasaría. En la Escala del Nivel de Conciencia del Dr. David Hawkins, las distintas dimensiones de existencia quedan explicadas claramente. Los niveles inferiores son propios de la 3D, los niveles superiores y hasta el 600 son de la 4D, y aquellos niveles que van más allá pertenecen a la 5D, siendo alcanzados por tan solo algunas personas de entre muchos millones. Nuestra principal razón de ser es alcanzar esos niveles, y lo mejor es que toda persona puede hacerlo. En esta vida podemos evolucionar hasta la quinta dimensión, por lo que conviene trabajar en nuestra espiritualidad para así liberarnos del samsara.





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