Antes de leer esta publicación, te recomiendo que leas la primera parte ya que ahí explico cómo es que gracias al estudio de la física cuántica, ahora es posible entender que existen realidades paralelas a esta, que son el resultado de que toda la energía potencial que existe en el universo, no se manifestara en esta realidad. Cada vez que tomamos una decisión, o que le decimos que sí a algo, inmediatamente le estamos diciendo que no a una infinidad de opciones que teníamos para elegir, y todos los futuros o líneas del tiempo en donde optábamos por otra de las alternativas que teníamos disponibles, se vuelven una realidad alternativa.
El estudio de la conciencia ha demostrado que nuestra alma, conciencia o espíritu es demasiado grande o poderoso como para contenerse en un solo cuerpo o en una sola realidad, y como su objetivo es la experiencia y el aprendizaje para así expandirse, entonces se fragmenta en todas las realidades paralelas que existen al mismo tiempo en el que vivimos esta vida. Eso no hace que esta realidad deje de ser total y completamente real, sin embargo, nos da la posibilidad de que, conscientemente, nos alineemos con cualquiera de estas realidades paralelas y la manifestemos en esta realidad.
En la primera parte de esta publicación, expliqué cómo, por ejemplo, cuando lanzamos una moneda, nosotros vamos a experimentar en esta realidad uno de los dos escenarios que podrían suceder. Aquel escenario que no sucede en esta realidad, se vuelve una realidad alterna, ya que aquello que se manifiesta en esta –o en la otra– realidad es energía potencial, y la energía potencial del universo es infinita. Luego entonces, como la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma, toda la energía que no se manifestó aquí, se manifestó en otra realidad.
La buena noticia es que nosotros, en cualquier momento, podemos decidir transformar esta realidad en cualquier otra que imaginemos: para todos los escenarios que pensemos, existe una realidad, ya que si la energía potencial es infinita, también lo es el número de formas en las que se puede manifestar. También explico esto en la primera parte. Ahora bien, para crear cualquier escenario que deseemos, lo único que tenemos que hacer es sintonizar nuestra frecuencia con aquella del futuro que deseamos.
Cambia tu vibración, cambia tu realidad
Mientras más cosas queramos transformar de nuestra vida, necesitaremos mayor energía para lograr estos cambios. Y no me refiero a la energía de la fuerza de voluntad –la cual también es indispensable–, sino que me refiero a la energía espiritual. Todos nosotros tenemos un nivel energético, el cual está de la mano con nuestra frecuencia. En esta publicación explico a profundidad el tema de la frecuencia humana, te invito a que la leas si te interesa saber más al respecto.
Una de las propiedades de la energía es que se vuelve más poderosa conforme mayor sea la frecuencia en la que vibra: mientras más alta sea nuestra vibración, entonces generaremos más energía, con la que seremos capaces de transformar la forma en la que se manifiesta nuestra realidad. Nosotros a cada instante estamos manifestando nuestra realidad; la energía pasa de ser una onda no manifestada a una partícula manifestada cuando nosotros interactuamos con ella, y todo el tiempo estamos haciendo eso: interactuar con el universo.
Voy a poner un ejemplo: hagamos de cuenta que las cuatro placas que hay en la siguiente imagen son realidades paralelas, todas existiendo al mismo tiempo, pero pudiendo experimentar solo 1 de ellas a la vez, y lo que determina cual experimentamos o qué forma toma nuestra vida, es nuestra vibración, al igual que en la imagen. La vibración determina la forma de la manifestación; si quisiéramos pasar, por ejemplo, de la realidad 1 a la realidad 4, lo único que tendríamos que hacer, sería sintonizar nuestra vibración a la de esa placa.
Digamos que actualmente te encuentras en una vibración que hace que lo que se manifieste en tu vida no sea tan de tu agrado: lo que debes hacer para poder transformar esta manifestación de tú realidad, es cambiar tu frecuencia. Aquellas realidades paralelas en las que estamos haciendo nuestros sueños realidad, son realidades para las que necesitamos un alto nivel de energía, para así crear lo que deseamos. El nivel de energía de cada persona va de la mano con su frecuencia: frecuencia elevada es energía elevada.
Una de las formas de incrementar nuestra frecuencia y canalizar nuestra energía, es por medio de la visualización. Cuando visualizamos algo que deseamos manifestar, y nos concentramos en experimentar esta visualización, nuestra frecuencia se sintoniza con aquella del escenario que estamos imaginando, pues la mente no sabe diferenciar entre la realidad y la imaginación, así que da por hecho que está viviendo ese escenario que desea, lo cual –a su vez– hace que atraigamos a nosotros todo lo necesario para que creemos esa vida.
El proceso creativo
Ahora bien, el hecho de comenzar a alinearnos mental y frecuencialmente a la realidad que deseamos no significa que por arte de magia se va a manifestar de un momento a otro. El proceso creativo suele ser largo conforme más ambiciosos son nuestros objetivos, y algo que debemos hacer para que nuestras visualizaciones no sean contraproducentes, al regresar a la realidad que hemos creado hasta ahorita y nos podamos sentir decepcionados de que no es aún lo que deseamos, es sintonizarnos en la frecuencia del agradecimiento.
La física cuántica nos dice que a cada instante estamos creando nuestra realidad con base en nuestra frecuencia: si vibramos bajo, vamos a ver lo malo en todo lo que nos rodea, veremos lo que nos falta en lugar de lo que tenemos, y nos enfocaremos en lo que no hemos logrado más que en lo que ya logramos. Es importante mencionar que la canalización de energía solo va a funcionar si te encuentras en una frecuencia alta; de otra forma, no tendrás el nivel energético apropiado para manifestar tus visualizaciones y podrás frustrarte.
Y la manera de mantenernos la mayor parte del tiempo en una frecuencia elevada es conectándonos con emociones positivas. El agradecimiento, por ejemplo, es una de las frecuencias más poderosas que podemos sintonizar. Antes de intentar crear algo nuevo, tenemos que hacer las paces con lo que hay y lo que es aquí y ahora. Solo cuando logramos habitar esta realidad con agradecimiento de todo lo que tenemos, es que poco a poco nuestra frecuencia se incrementa y con ello manifestamos con mayor facilidad.
Para concluir: todos tenemos un sinfín de escenarios posibles para nuestro futuro, y podemos conscientemente manifestar aquel futuro que deseamos, si estamos dispuestos a hacer el trabajo requerido para incrementar nuestra frecuencia y transformar esta realidad. Todos los seres iluminados lo han dicho: todos somos capaces de obras increíbles –casi milagrosas–, lo único que tenemos que hacer es realmente querer y estar dispuestos a trabajar por ello, y tener una fe ciega en nosotros y en nuestras capacidades. Eso es todo.
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